¿Por qué seguimos quemándonos al sol?
La radiación solar es dañina y debemos echarnos crema. Estos dos conceptos los tenemos claros, pero aun así muchos volvemos de la playa con la piel roja o quemada. Te contamos algunas razones para entender este comportamiento que tiene que ver con la percepción que tenemos del riesgo.
Las medidas de protección solar nos las sabemos casi de memoria:
- Evitar el sol en las horas centrales del día.
- Aplicar una crema con factor de protección solar.
- Permanecer a la sombra.
Sin embargo, en la práctica muchos nos comportamos de otra manera. A pesar de las recomendaciones de evitar el sol en las horas centrales del día porque las radiaciones solares son más peligrosas, justo en la franja entre las 12 y las 16 horas es el horario en el que hay más personas tomando el sol en la playa.
Otro concepto erróneo que tenemos y que hay que cambiar es la idea de que la protección hace falta cuando sentimos calor. El calor se debe principalmente a la radiación visible e infrarroja. Pero la más peligrosa es la radiación ultravioleta que no se nota.
Entre la población en general, la percepción del riesgo de padecer un cáncer de piel como consecuencia a nuestra conducta ante la exposición solar es baja. Además, se sabe que lamayoría de casos de cáncer de piel se deben a una exposición inadecuada en la infancia y juventud, por ello es fundamental proteger a los niños del sol con una buena crema solar. Te ayudamos a elegir:
Consulta el comparador de protectores solares
Además, también hay que educar a los más pequeños en hábitos adecuados para que puedan continuar con esas medidas a lo largo de su vida. Sin embargo, los estudios sobre el comportamiento frente al sol indican lo contrario: una de cada cuatro personas se quema a menudo o siempre y la concienciación de riesgo que supone el sol disminuye con la edad.
Las medidas de protección solar nos las sabemos casi de memoria:
- Evitar el sol en las horas centrales del día.
- Aplicar una crema con factor de protección solar.
- Permanecer a la sombra.
Sin embargo, en la práctica muchos nos comportamos de otra manera. A pesar de las recomendaciones de evitar el sol en las horas centrales del día porque las radiaciones solares son más peligrosas, justo en la franja entre las 12 y las 16 horas es el horario en el que hay más personas tomando el sol en la playa.
Otro concepto erróneo que tenemos y que hay que cambiar es la idea de que la protección hace falta cuando sentimos calor. El calor se debe principalmente a la radiación visible e infrarroja. Pero la más peligrosa es la radiación ultravioleta que no se nota.
Entre la población en general, la percepción del riesgo de padecer un cáncer de piel como consecuencia a nuestra conducta ante la exposición solar es baja. Además, se sabe que lamayoría de casos de cáncer de piel se deben a una exposición inadecuada en la infancia y juventud, por ello es fundamental proteger a los niños del sol con una buena crema solar. Te ayudamos a elegir:
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Además, también hay que educar a los más pequeños en hábitos adecuados para que puedan continuar con esas medidas a lo largo de su vida. Sin embargo, los estudios sobre el comportamiento frente al sol indican lo contrario: una de cada cuatro personas se quema a menudo o siempre y la concienciación de riesgo que supone el sol disminuye con la edad.
Otro factor que no tenemos en cuenta a la hora de protegernos del sol es la cantidad apropiada de crema a utilizar. Esto es casi más importante que la categoría de protección, por eso la recomendación es aplicarse un protector como mínimo de categoría media (SPF de 15 a 30) y repetir la aplicación cada dos horas, después del agua o de haber sudado. En el caso de los niños se aconseja protección alta o muy alta.
La cantidad aproximada que hay que echarse cada vez es de 35 gramos, el equivalente a cinco o seis cucharaditas de café para toda la superficie expuesta. Tener en cuenta que los factores de protección SPF están medidos aplicando una capa de crema generosa, y si nos echamos menos, se reducirá la protección.
Además, debemos asegurarnos de que nuestra crema protege frente a las radiaciones solares, ultravioleta B y A. La UVB es la que causa el eritema o enrojecimiento de la piel, y la UVA es responsable del envejecimiento de la piel. Ambas radiaciones dañan la piel y son causantes de cáncer.
El sol no solo nos quema en la playa, es más, en la montaña las radiaciones aumentan notablemente por la altura, por lo que hay que tenerlo en cuenta y aplicar las medidas necesarias de protección con cremas, sombreros y ropa adecuada. Sin embargo, el uso de crema solar está más generalizado en la playa, que en otros ámbitos donde el sol puede ser igualmente dañino, o incluso más.
Niños bien protegidos hasta los diez años
Los estudios y encuestas de comportamiento ante la exposición al sol, indican que con los niños somos más conscientes del riesgo de quemaduras solares. Y en un alto porcentaje se siguen las recomendaciones, eso sí parece ser que, a partir de los diez años y a medida que se van haciendo mayores se relajan estas precauciones. Por ejemplo, dejamos de cubrirles con gorros o mangas largas, o también espaciamos más las horas que pasan entre aplicación y aplicación de la crema de protección solar.
Entre las tendencias de fotoprotección que se han estudiado, destaca que las mujeres utilizan más crema solar, mientras que los hombres tienden más a protegerse poniéndose a la sombra.
Las mujeres además suelen usar factores de protección más altos, sobre todo para la zona de la cara. Este dato parece indicar que la población femenina tiene una mayor concienciación a la hora de evitar manchas y más claro el mensaje de que el sol es uno de los principales responsables de las arrugas y envejecimiento de la piel.