Consejos

Cómo usar un desfibrilador

Un desfibrilador automático es un dispositivo que puede ser usado por personas que no sean profesionales sanitarios y que puede salvar vidas en caso de necesidad. Descubre qué son y cómo funcionan.

25 julio 2023
desfibriladores

Seguro que conoces lo que es un desfibrilador: los has visto en series o películas, son aparatos con los que, en caso de paro cardiaco, se provocan descargas eléctricas en el pecho de los pacientes. Pero además de los desfibriladores externos que manejan los profesionales sanitarios en el ámbito hospitalario o de urgencias hay desfibriladores externos automáticos (DEA, también conocidos por sus siglas en inglés: AED).

Desfibriladores externos automáticos

Los DEA son dispositivos que funcionan de modo automático y que pueden utilizar cualquier persona que, sin necesidad de ser profesional sanitario, esté entrenada para ello (o, sin estarlo, siga las instrucciones del 112).

Están disponibles hoy día en muchos lugares públicos, como estaciones de tren, autobús, metro y aeropuertos, centros de trabajo, instalaciones deportivas, colegios y centros comerciales y de ocio. 

corazon

Más muertes súbitas cardiacas que por accidente de tráfico

Se calcula que en España cada año mueren por muerte súbita cardiaca fuera del ámbito hospitalario entre 16.000 y 25.000 personas (muchas más que las 1.145 que murieron en 2022 en accidentes de tráfico).

Esta cifra podría reducirse sensiblemente si se generalizase el uso de los DEA: según la Fundación Española del Corazón, si se usara un desfibrilador en los 3 minutos siguientes al paro cardiaco, la supervivencia aumentaría hasta un 70%, y si se hace en menos de 5 minutos hasta un 50%.

¿Parada? Activa la cadena de socorro

Ante un posible paro cardíaco, la velocidad de la reacción es vital. Si alguien a tu alrededor se siente mal, se desmaya y al ser examinado está ya inconsciente (no reacciona a voces, palmadas ni pellizcos) y no respira (o lo hace de modo agónico) hay que activar la cadena de socorro cuanto antes:

  • Llamar al 112.
  • Comenzar las maniobras de reanimación cardiopulmonar, alternando 30 compresiones torácicas y 2 ventilaciones (si no quieres o no puedes hacer las ventilaciones, al menos concéntrate en comprimir el pecho de la víctima a un ritmo de unas 100 compresiones por minuto).
  • Tratar de localizar el DEA: al activar la cadena de socorro alguien debe ir a buscar el DEA más cercano y avisar de que acuda la persona entrenada en su manejo, pero en situaciones excepcionales, si hay un DEA disponible y no aparece la persona entrenada, cualquier otra persona puede activarlo, siempre bajo la supervisión del 112 y siguiendo sus instrucciones.
  • Es muy importante que las compresiones torácicas no se interrumpan hasta que todo esté a punto para el uso del DEA.

Cómo usar el DEA

usar desfibrilador

La víctima debe seguir tendida boca arriba y con el pecho al descubierto.

  • Pega los electrodos a la piel, en la posición que las pegatinas indican (generalmente una a la derecha del esternón y la otra sobre el costado izquierdo).
  • Lo ideal es que la piel esté seca y rasurada, sobre todo si hay mucho vello: los equipos DEA suelen incorporar hoy día una maquinilla.

El propio desfibrilador es el que hace el diagnóstico y decide si dar la descarga, avisando para que nadie toque a la víctima en ese momento:

  • Se dará la descarga si detecta que el corazón está en la situación denominada “fibrilación ventricular” (el momento que precede al cese de la actividad eléctrica cardiaca, cuando esta se vuelve anárquica y el corazón deja de contraerse de forma eficaz), solo si está en fibrilación ventricular se provocará una descarga, si no, no: no hay riesgo de una “descarga inadecuada”.
  • Una vez dada la descarga, hay que seguir con las maniobras de reanimación hasta que llegue la ayuda profesional o hasta que el paciente muestre signos de recuperarse.
  • Si no es así, pasados un par de minutos, el DEA volverá a hacer un nuevo diagnóstico. El propio aparato avisará con señales sonoras del momento y basta con seguir sus indicaciones.

Un buen sistema que puede mejorar

Son las Comunidades Autónomas las encargadas de regular lo que atañe a los DEA: cada una establece dónde y cómo deben instalarse de forma obligatoria y quién pueden usarlos. Sin embargo, para OCU, sería deseable una normativa estatal que establezca de forma clara en qué lugares debe instalarse un desfibrilador, asegurando además una red densa y accesible.

La presencia de un DEA cercano debería darse a conocer mediante recursos de fácil acceso, como aplicaciones móviles que incorporen además los aparatos instalados por instituciones privadas. Una iniciativa de este tipo es la app colaborativa Ariadna, promovida por la Sociedad Española de Cardiología y Cruz Roja, si bien es aún incompleta.

Además,  lo ideal es que toda la población fuera formada, ya desde la escuela para saber usar un DEA en caso de necesidad.