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Biocidas

01 enero 2011
Biocidas

Si cada vez que ve un mosquito o una hormiga siente la tentación de rociar toda su casa con insecticida, piense que está propinando a su familia una ración, probablemente innecesaria, de productos químicos que pueden tener efectos tóxicos perjudiciales sobre la salud y el medio ambiente.

La publicidad nos incita a utilizar con profusión detergentes antibacterias, insecticidas, ambientadores... pero ¿se ha parado a pensar que pueden ser tóxicos? Nuestro consejo es: no abuse de ellos.

Qué son los biocidas y para qué se utilizan 

Existen numerosos productos químicos cuyo fin es aniquilar la vida indeseable, ya se trate de bacterias, hongos, plantas o insectos. Son los biocidas, que se utilizan para desinfectar, eliminar parásitos, proteger los materiales, etc.

Se pueden presentar en polvos, sprays, pastillas, difusores eléctricos o líquidos, pero lo que realmente determina cómo son de tóxicos es el principio activo que contienen y su concentración (ambas deben figurar siempre en la etiqueta) además del tiempo que pasemos expuestos a ella y la vía de absorción: oral, respiratoria, cutánea.

Cómo evitar insectos en casa

Cómo se evalúa el riesgo de los productos biocidas

Numerosos estudios demuestran que el asma, las alergias e, incluso, ciertos tumores y alteraciones reproductivas tienen relación con la exposición continuada a algunos productos químicos, aunque no siempre es fácil establecer el vínculo entre una sustancia y sus efectos sobre la salud. Una exposición pequeña pero repetida o continuada en el tiempo puede desembocar en toxicidad a largo plazo y la interacción entre distintas sustancias potencia sus efectos.

Por tanto, siempre que sea posible, recurra a otras soluciones para acabar con las plagas domésticas. Evite el uso de productos químicos como medida preventiva. En caso de necesidad, es mejor un producto específico para la plaga que le afecte que uno de doble o triple acción: cuantos menos principios activos, mejor.

En insecticidas, raticidas o barnices

Las sustancias que con más frecuencia se encuentran en productos de uso doméstico son:

  • Los anticoagulantes (difenacoum, bromadiolona, brodifacoum): pueden provocar hemorragias. Las intoxicaciones afectan sobre todo a los niños y a las mascotas porque los confunden con alimentos.
  • Los carbamatos (propoxur): efectos similares a los organofosforados, pero menos tóxicos. Se encuentran en insecticidas contra los insectos y los ácaros, las cucarachas y los parásitos de los animales domésticos.
  • Los organofosforados (clorpirifós, diazinon, azametifós, diclorvós), usados en diversos pesticidas domésticos. Atacan el sistema nervioso de los animales inhibiendo la transmisión de los impulsos nerviosos.
  • Los piretroides (tetrametrina, permetrina): en insecticidas y productos anti-piojos. Raramente provocan intoxicaciones en humanos, pero se suelen combinar con butóxido de piperonilo, que es un posible cancerígeno y es tóxico para la fauna acuática.
  • Los triazoles (tebuconazol, tiabendazol o propiconazol): productos para el tratamiento de la madera o fungicidas.

Cómo evitar insectos en casa en modo natural

  • En la higiene de la casa, la vajilla o el cuerpo, no emplee productos que se anuncien como "antibacterias". Los detergentes y jabones convencionales son suficientes.
  • Evite la utilización de productos químicos. Para el control de las plagas existen otras opciones:
  • Colocar mosquiteros en las ventanas y no dejar las luces encendidas
  • Usar repelentes naturales: geranio, eucalipto y cebolla contra los mosquitos, canela y limón contra las hormigas
  • Atrapar a los insectos voladores con cintas adhesivas
  • Colocar trampas para ratones
  • Proteger la ropa con bolas de cedro, lavanda, pimienta u hojas de nogal en lugar de la clásica naftalina

Si recurre a biocidas: prudencia y moderación

  • Cuando utilice un aerosol, cubra los alimentos y retire a los animales domésticos a otra habitación.
  • Airee las habitaciones después de usar estos productos y lávese las manos.
  • No coloque difusores eléctricos en una habitación mientras duerme un bebé. Enchúfelo un rato antes; después, desconecte y cierre la ventana.
  • Manténgalos alejados de los niños, especialmente los que pueden ser ingeridos (bolas antipolillas o productos en polvo para combatir a los insectos rastreros; es mejor utilizar trampas estancas).
  • Evite los que llevan los pictogramas de tóxico, nocivo o perjudicial para el medio ambiente. Si los compra, siga cuidadosamente las instrucciones y las dosis inidcadas y nunca quite la etiqueta ni los trasvase a un envase diferente.
  • Al desechar los restos del producto, llévelos a un Punto Limpio. Si se le derrama, recójalo con papeles que absorban y llévelos al Punto Limpio.
  • En caso de accidente, llame al Servicio de Información Toxicológica en los teléfonos 915 620 420 (Madrid, 24 horas), 933 174 400 (Barcelona, de 8h00 a 15h00) y 954 371 233 (Sevilla, de 8h00 a 15h00).