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Más de cuatro décadas de comercio justo

09 mayo 2012

Este sábado se conmemora en todo el mundo el Día del Comercio Justo, una iniciativa que nació para promocionar una relación comercial voluntaria y justa entre productores de países en desarrollo y consumidores del primer mundo.

Este sábado, 12 de mayo, se conmemora en todo el mundo el Día del Comercio Justo, una cita que se produce anualmente cada segundo sábado del mes de mayo, que está destinada a promocionar una relación comercial voluntaria y justa entre productores y consumidores.

¿Qué es el comercio justo?

Es una iniciativa impulsada por las Naciones Unidas y distintas ONG enfocada a comercializar en los países ricos productos de países en desarrollo.

El comercio justo comenzó a gestarse en 1964 en el seno de una conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. Entonces se propuso sustituir la ayuda económica a los países más pobres por un régimen comercial que permitiera que los productos de estas naciones pobres pudieran venderse en Europa evitando el pago de aranceles. Así, inicialmente, Holanda, Alemania, Suiza, Austria, Francia, Suecia, Gran Bretaña y Bélgica se unieron a esta iniciativa con tiendas denominadas establecimientos de comercio justo.

Presente en medio mundo

Casi una década después comenzó a funcionar este comercio justo con el café de Guatemala, aunque no sería hasta los años ochenta cuando se incorporaron otros productos, como té, miel, azúcar, cacao o nueces, además de la artesanía.

La evolución favorable de este tipo de comercio ha permitido que en la actualidad existan organizaciones de comercio justo en Europa, Canadá, Estados Unidos y Japón, con más de tres mil tiendas solidarias que venden sobre todo por catálogo o por representación y que también han convertido Internet en su mejor escaparate.

Transparencia comercial

Los productos que se distribuyen parten de cooperativas que funcionan democráticamente y que rechazan los abusos comerciales, la explotación infantil y el trato discriminatorio, y promueven la igualdad entre hombres y mujeres, la dignidad en el trabajo, el cuidado del medio ambiente y la transparencia comercial.

El comercio justo es considerado por muchos una versión humanista del comercio libre. Ambas partes obtienen beneficios, pero no existe grandes desequilibrios que permitan lucrarse a intermediarios y terceros.

Pero ojalá no existiera

Con el paso de los años, el comercio justo se ha ido asentando y expandiendo, aunque lo ideal sería que este tipo de comercio no tuviera que existir como una certificación extraordinaria, y los consumidores pudiéramos tener la confianza de que los productos que compramos han creado valor en toda la cadena de producción.

Por desgracia, fuera de la teoría, hay trabajadores y agricultores que no reciben un pago justo, hay alimentos básicos que cotizan en Bolsa generando incertidumbre en sus precios, hay condiciones laborales indignas, explotación infantil, deterioro del medio ambiente, tratados comerciales abusivos, y concentración excesiva de la riqueza.

Malos tiempos

Este 12 de mayo, las ONG darán a conocer los productos certificados de Comercio Justo, que se distinguen por los sellos FLO (Sello de Comercio justo) y WFTO (Organización Mundial del Comercio Justo). Estos productos deben cumplir una serie de requisitos sociales y medioambientales para ser certificados como tales, y a menudo son algo más caros para el consumidor final, compitiendo con los productos de gama premium.

Son malos tiempos para pagar más dinero, pero sobre todo son malos tiempos para no hacer nada. En tiempos de crisis, más que nunca, nuestras decisiones de compra son nuestro poder.