Cruceros, hoteles con la mar de posibilidades
Cada día amaneces en un lugar distinto que puedes visitar y al regresar al barco tienes multitud de opciones de ocio. Despreocúpate de organizar nada, pues en los cruceros te lo dan todo hecho. Viajar en ellos es una alternativa vacacional que gana adeptos.
Son como hoteles, pero cada día amaneces en un lugar distinto que puedes visitar, y al regresar al barco encuentras multitud de actividades y opciones de ocio. Despreocúpate de organizar nada, pues los cruceros te lo dan todo hecho y tú sólo deberás valorar a qué te apuntas y a qué no.
Disfrutar de las posibilidades que ofrece un crucero puede ser una magnífica opción vacacional, sobre todo en el caso de ir con niños o si uno no quiere complicarse mucho organizando las vacaciones. Es todo lo contrario a emprender aventuras en solitario, puesto que en un crucero todas las opciones están contempladas de antemano y conviene conocerlas al detalle para sacarle el máximo partido a la experiencia.
Existen cruceros fluviales, habituales en países como Francia debido a la existencia de multitud de ríos navegables. Pero en España nos decantamos en masa por los clásicos, los marítimos, y son el Mediterráneo, el Adriático y el Báltico los destinos más demandados.
Son como hoteles, pero cada día amaneces en un lugar distinto que puedes visitar, y al regresar al barco encuentras multitud de actividades y opciones de ocio. Despreocúpate de organizar nada, pues los cruceros te lo dan todo hecho y tú sólo deberás valorar a qué te apuntas y a qué no.
Disfrutar de las posibilidades que ofrece un crucero puede ser una magnífica opción vacacional, sobre todo en el caso de ir con niños o si uno no quiere complicarse mucho organizando las vacaciones. Es todo lo contrario a emprender aventuras en solitario, puesto que en un crucero todas las opciones están contempladas de antemano y conviene conocerlas al detalle para sacarle el máximo partido a la experiencia.
Existen cruceros fluviales, habituales en países como Francia debido a la existencia de multitud de ríos navegables. Pero en España nos decantamos en masa por los clásicos, los marítimos, y son el Mediterráneo, el Adriático y el Báltico los destinos más demandados.
Para no llevarse sorpresas conviene repasar en primer lugar cómo organizarse y afrontar el viaje con ilusión y cabeza a partes iguales. Pero antes de emprenderlo se deben tener en cuenta varios aspectos fundamentales:
Internet ofrece ventajas: La mayoría de las compañías navieras tienen disponible un servicio denominado check in online, que permite rellenar los datos personales y de la reserva a través de Internet, agilizando el proceso de facturación y evitando esperas innecesarias a la hora de embarcar.
Documentos imprescindibles: El pasajero es responsable de llevar consigo los documentos necesarios para poder desplazarse sin problemas, como el pasaporte, con una validez mínima de 6 meses adicionales; el DNI o los visados en vigor, incluyendo los de los menores de edad. La ausencia de estos documentos imposibilitará el desembarque en determinados puertos. Para mayor seguridad, se puede consultar con la naviera o agencia los documentos requeridos en los distintos puertos del itinerario.
Vacunas: Son primordiales para visitar algunos países o bien se recomiendan para acudir a ciertos destinos. El médico de cabecera puede informarte y orientarte en este sentido y valorar cómo pueden afectar a tu organismo.
Bebés a bordo y embarazadas: Existen restricciones especiales a la hora de viajar con bebés. Como norma general, no deben ser menores de 6 meses en el momento del embarque, y deben tener al menos 1 año si se trata de cruceros de larga duración. Respecto a las embarazadas, la política general es que deben llevar menos de 24 semanas de gestación en el momento de comenzar el viaje.
Mayoría de edad: Aunque la mayoría de edad para las compañías europeas se considera desde los 18 años, en el caso de Royal Caribbean, por ejemplo, la edad mínima para viajar solo en el crucero o beber alcohol es de 21 años, siempre que se trate de cruceros con origen en puertos de Estados Unidos y Canadá. Excepcionalmente, las parejas casadas de menos de 21 pero más de 18 podrán viajar solas y los pasajeros de 18 a 21 años podrán consumir bebidas como cerveza y vino con autorización de sus padres.
Restricciones de equipaje: Las navieras suelen restringir el número de bultos, su peso y las dimensiones del equipaje que se lleva a bordo. Por ello, lo mejor es que el viajero consulte estos aspectos a la naviera, ya que las condiciones varían de unas compañías a otras. A veces estas restricciones son flexibles, pero también es cierto que en otros casos sobrepasarlas puede acarrear recargos. Por otra parte, en cruceros que incluyan trayectos en avión, el límite de equipaje lo marcará la aerolínea.
Prohibiciones a bordo: Entre los elementos prohibidos a bordo se incluyen siempre armas, explosivos y drogas, pero además suelen figurar electrodomésticos o utensilios que se calientan con electricidad, como de calentamiento eléctrico (planchas de pelo, secadores, radiadores, etc.). En la mayoría de barcos, además, está restringida o limitada la entrada de comida o bebidas alcohólicas procedentes del exterior. Se recomienda al crucerista que consulte con la naviera los objetos prohibidos.
Embarque: Se realiza entre 1 y 4 horas antes de la salida, dependiendo de la naviera, aunque se recomienda presentarse con tiempo para evitar masificaciones y esperas. Al llegar al barco, el personal estará presente para dar la bienvenida, ayudar al crucerista con cualquier trámite y hacerse cargo del equipaje, que el pasajero recibirá en su cabina un par de horas más tarde.
Objetos de valor o delicados: Si llevas contigo objetos delicados, de valor o documentos personales, no los guardes como parte del equipaje, ya que la naviera no se responsabiliza de la pérdida o el deterioros de los mismos.
Las navieras tienen presentes las necesidades especiales de ciertos colectivos y hacen excepciones a la norma general en determinadas ocasiones. En cualquier caso, el pasajero debe comunicar dicha situación especial a la naviera en el momento de hacer la reserva.
Animales a bordo: En todas las compañías que hemos sondeado, se prohíben los animales a bordo. Se admite como excepción la presencia de perros guía para personas invidentes, siempre que estén correctamente capacitados.
Alimentos especiales: Las navieras adaptan su oferta de comidas a las necesidades especiales de algunos pasajeros. Los que siguen dietas especiales, como los vegetarianos, los diabéticos, los celiacos, los alérgicos o los intolerantes a algún ingrediente deben avisar de ello al efectuar la reserva.
Camarotes adaptados: Los cruceros cuentan con un número limitado de camarotes adaptados para pasajeros con discapacidad física. Las navieras solicitan que dichos pasajeros lleven su propia silla de ruedas plegable y recomiendan que vayan acompañados. Además, las compañías navieras solicitan que los pasajeros informen de cualquier problema físico o médico y que las personas que los demanden lleven su medicación consigo en caso de necesitarla.
Existen reglas y cuestiones que el pasajero debe conocer de manera previa al embarque para familiarizarse con la vida a bordo del barco.
Simulacro de emergencia: Tras embarcar y antes de zarpar, todos los pasajeros deben participar en el simulacro de emergencia obligatorio. Con ello, se pretende garantizar que los pasajeros estén informados de los protocolos de seguridad, incluyendo la evacuación de emergencia.
Cajas fuertes: Los camarotes de los barcos, sean de la categoría que sean, cuentan con cajas fuertes para guardar los objetos de valor o los documentos personales.
Programa diario: Para que el pasajero pueda mantenerse actualizado sobre las actividades y eventos que se llevan a cabo en el barco, se distribuye en los camarotes la noche anterior el programa diario completo, con horarios e información.
Gastos adicionales: Existen una serie de gastos no incluidos en el precio del crucero en los que el pasajero puede incurrir a bordo del barco. Para hacer frente a esos gastos, no es necesario utilizar dinero, ya que al viajero se le abre una cuenta personal ligada a una tarjeta específica que le entrega la naviera, que se activa con una tarjeta de crédito, débito o un depósito en efectivo. Éste es el único ‘dinero’ que se utiliza en el barco para registrar todos los gastos.
Vestimenta: Las navieras recomiendan a los pasajeros llevar ropa informal y cómoda tanto para permanecer en el barco como para las excursiones, traje de baño, alguna prenda de abrigo para afrontar los cambios de temperatura en destinos más fríos y ropa y calzado adecuado en el caso de tener la intención de realizar deporte a bordo. Para la cena de gala o cena con el capitán debe llevarse un atuendo más formal. Además, algunas navieras organizan fiestas temáticas, por las que el pasajero debe informarse para poder disponer de la vestimenta adecuada.
Turnos de comedor y mesas fijas: Para gestionar las cenas se establecen turnos y mesas fijas (excepto en NCL). En general, existe la posibilidad de comer en el bufet, con horarios más flexibles. Para las cenas, suelen existir dos turnos, que se asignan para todo el tiempo en el crucero. Se pueden comunicar preferencias al reservar e incluso realizar cambios una vez a bordo con el personal de restauración.
Prohibido fumar: Como norma general, está prohibido fumar en camarotes y zonas comunes. Pero existen áreas específicas habilitadas para fumadores, que están correctamente señalizadas en todo caso.
Servicios básicos: En todos los barcos se ofrecen algunos servicios básicos, como médico, lavandería o conexión a Internet a través de wifi. Pero no están incluidos en el precio y su importe debe ser abonado aparte en caso de hacer uso de los mismos.
Excursiones: En cada uno de los puertos en los que el barco hace escala, la naviera organiza excursiones, que son opcionales y se pagan aparte. Éstas pueden reservarse previamente o en el propio barco. Al reservarlas, el pasajero puede encontrarse dos problemas opuestos: que las plazas estén agotadas o que la excursión no se realice por no contar con un número mínimo de personas apuntadas. No obstante, el viajero siempre puede reservar excursiones por su cuenta o planificarlas de manera libre.
Antes de abandonar el barco se deben tener en cuenta varios aspectos:
Liquidar los pagos: El día anterior a desembarcar se deben liquidar los pagos pendientes de la tarjeta de a bordo y las propinas. Además de cargar los pagos en la tarjeta, se suele pedir al pasajero que firme un recibo al realizar cada compra para que tenga una prueba de la compra. Es conveniente solicitar un desglose y repasar que el importe cobrado sea el correcto.
Reunión informativa: Los cruceros suelen organizar una reunión informativa para dar instrucciones sobre el desembarque. Puede haber, por ejemplo, varios turnos de desembarque. Los pasajeros deben dejar las maletas preparadas y correctamente identificadas en la puerta de su camarote la noche antes de desembarcar, y dependiendo del itinerario, encontrarán sus maletas en el puerto o en el aeropuerto.
Al margen del precio a desembolsar por el viaje en crucero, los gastos adicionales a bordo, los que se realizan en concepto de excursiones o los propios gastos derivados de esas excursiones, hay otros que deben tenerse presentes:
Tasas de embarque: Es una tasa que se cobra el puerto por los servicios de recepción del pasajero, controles de pasaje y manipulación del equipaje hasta que es entregado al buque. Algunas navieras la incluyen en el precio pero otras la desglosan aparte. Su cuantía depende del itinerario y de las características del barco.
Cuotas de servicio: Aunque resulte paradójico, la cuota de servicio es una especie de ‘propina obligatoria’ que se destina al personal que trabaja a bordo. El importe de la cuota de servicio siempre se desglosa aparte. Su importe depende de la compañía, aunque oscila entre los 8 y 11 euros por noche y se paga en el propio barco el día antes de desembarcar.
Como sucede en los hoteles, las habitaciones no son todas iguales, y en los cruceros las diferencias pueden llegar a ser abismales, y también los precios. Aunque pueden existir diferentes tipologías, en la mayor parte de los barcos encontramos cuatro camarotes estándar: interior, exterior, exterior con balcón y suite. Esto permite la existencia de espacios de diferentes dimensiones y características, adecuados para todos los gustos.
Los camarotes interiores son los más baratos y no disponen de ventanas de ningún tipo. Para reducir la sensación de cerrado, suelen utilizarse espejos o cuadros, que consiguen un efecto de amplitud. Son ideales para personas que quieran obtener los mejores precios y que planeen pasar poco tiempo en la habitación.
Los exteriores suelen tener un tamaño similar a los interiores, con la salvedad de que cuentan con una ventana con vistas al exterior. Puede ser un ojo de buey o una ventana al uso. Estos camarotes tienen un precio algo superior al de los interiores y son recomendables para personas que sufran de claustrofobia. Si se opta por una estancia con vistas al mar, se debe tener cuidado con los camarotes con vista obstruida, en los que la visión queda parcial o totalmente obstruida por un bote salvavidas, con lo que no resultan muy recomendables para observar el paisaje.
Los camarotes con balcón tienen dimensiones superiores y un balcón, con lo que resultan ideales para pasar largos en intimidad y con vistas al mar.
Por último, los camarotes Premium cuentan con los precios más elevados. Su tamaño es superior al de los camarotes con balcón, contando generalmente con bañera en vez de ducha y salón independiente. Además, suelen ofertar servicios especiales y están dirigidos a los clientes más exigentes que busquen una experiencia exclusiva.
Dentro de cada categoría existe la posibilidad de reservar un camarote garantizado, que es más económico pero no permite confirmar el número de camarote ni la ubicación específica hasta fechas cercanas a la salida.
También está la opción de un camarote confirmado. Escogiendo esta opción, el viajero elegirá y reservará un camarote específico del que sabrá su categoría, su número y ubicación en el barco.
Dependiendo de la nacionalidad del crucero y de la naviera, varía el idioma que es utilizado a bordo de manera habitual, e incluso pueden utilizarse varios idiomas.
Idioma oficial a bordo: Es el principal del barco y suele depender de la nacionalidad de la naviera. Este idioma se utilizará para cuestiones fundamentales, como avisos por megafonía, actividades y espectáculos a bordo, excursiones, cartas de menús…
Asistencia en determinados idiomas: Adicionalmente, pueden usarse a bordo otros idiomas en los que también se den ciertos avisos por megafonía o se incluyan cuestiones impresas. De todas formas, la tripulación de los barcos habla casi siempre diferentes idiomas, fundamentalmente aquellos mayoritarios y los de los países incluidos en el itinerario del viaje, y este personal servirá de apoyo a los cruceristas que no hablen la lengua oficial del barco.