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¿Cuál es el futuro del consumo colaborativo?

26 mayo 2016
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Expertos, investigadores y actores han debatido en el Ouishare Fest 2016 la manera de buscar alternativas para una economía más humana en el siglo XXI. ¿Nuestra conclusión?  Se ha hablado mucho de construir comunidades y poco de consumidores, plataformas y reguladores. 

Compartir los bienes y servicios para construir una sociedad con valores es el objetivo de la llamada economía colaborativa. Expertos en el tema han tratado durante tres días en el Ouishare Fest 2016 celebrado en París de buscar alternativas para este consumo más humano. ¿Qué hemos echado de menos? En el Ouishare Fest se ha hablado muy poco de plataformas y mucho de construir comunidades de personas, no sólo conectadas, sino comprometidas. Sin embargo, mientras tanto, millones de usuarios siguen eligiendo las grandes plataformas. En nuestro estudio “Colaboración o negocio”, identificamos que sólo un 10% de las plataformas analizadas en España estaban orientadas a las comunidades. Pero esto no quiere decir que el 90% restante no puedan ser portadoras de valores y beneficios para los consumidores. Independientemente de lo que los expertos quieran, los que van a decidir qué economía colaborativa tendremos en el futuro son:
  • Los usuarios con sus decisiones de compra.
  • Los reguladores incentivando o prohibiendo las distintas opciones.
  • Las plataformas diseñando la oferta. 

Tren grandes tendencias

  • Sharing cities: las ciudades del futuro. Las smart cities basadas en la tecnología, se están reinventado en torno a la colaboración de los vecinos y la gestión del “procomún”, un concepto que se refiere a los bienes que no pertenecen a nadie en exclusiva como el agua, el aire, o el conocimiento abierto.  Los ayuntamientos tienen un rol clave para diseñar políticas que transformen las ciudades con un propósito social o medioambiental. Ya hay ciudades explorando activamente este enfoque, como Bristol en Reino Unido que tiene una moneda social propia, el “Bristol pound”, para fortalecer la economía local. En España, Barcelona está repensando la ciudad desde una orientación al bien común y lo público, a veces con tensiones con los operadores privados tradicionales.
  • Civil-Tech. Es el nombre que se le da a la tecnología diseñada para facilitar la vida de los ciudadanos. Vimos mucha esperanza en tecnologías que conectan ciudadanos y les dan una voz que antes no tenían, como medio para liberar “el poder de las masas” y construir una sociedad más humanizada lejos de la burocracia y la corrupción política. Sin embargo, se veía la necesidad de controlar el uso de los datos para garantizar la protección de la vida privada. Una de las tecnologías más interesantes es la cadena de bloques, o “blockchain”, que promete conectar en redes descentralizadas a ciudadanos interesados en un mismo tema o proyecto, lo que podría usarse para expedir documentos oficiales, sistemas de votación no manipulados, contratos de compra, o micro pagos entre dispositivos conectados al Internet de las Cosas. A nivel global, parece que la seguridad de una red descentralizada podría ser mayor que en una red privada.
  • Los freelance son el futuro del trabajo. Según los expertos, tendremos que olvidarnos de un empleo para toda la vida, un sueldo estable y vacaciones pagadas.Varias propuestas se enfocaban en rediseñar un sistema de la seguridad social que venimos utilizando desde los años 60, cuando la realidad del mundo era otra, con una carrera profesional clara, familias tradicionales con mujer e hijos, y empresas jerarquizadas. En el Ouishare Fest se discutió la necesidad de poner en marcha nuevas medidas adaptadas a la actualidad para una vida digna: una renta básica, protección social adaptada a los riesgos actuales, y portabilidad de los derechos asociados a la persona aunque deje de ser trabajador por cuenta ajena. Si se solucionan los problemas de base, en vez de precariedad, se podrán empezar a ver las ventajas de un mundo laboral donde nuestra identidad no vendrá definida por nuestro empleo, sino que podremos generar micro ingresos con múltiples tareas, algunas pagadas y otras voluntarias, tener más autonomía y poder reconducir más fácilmente nuestra vida profesional.