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Fabricación colaborativa: hazlo tú mismo

23 enero 2013
Consumo colaborativo

El clásico "si no puedes comprarlo, hazlo tú mismo" y el más reciente crowdfunding se mezclan en una de las últimas tendencias de consumo colaborativo: fabricar en equipo y al margen de la industria el producto que siempre hemos soñado y que nunca hemos podido tener.

El consumo colaborativo presupone una participación más activa del consumidor en los procesos de compra y venta de bienes y servicios: organizarse para evitar intermediarios y ahorrar costes. Pero hay un paso más allá en la autogestión.

¿Qué hacer si buscamos un producto que se adapte totalmente a nuestros gustos y necesidades, que respete al máximo unos determinados criterios éticos o por el que se pague el precio más ajustado posible?

Podemos fabricarlo nosotros mismos.

Diferentes proyectos se han apuntado a esta tendencia: colectivos de personas con competencias diversas que deciden cooperar para sacar adelante un prototipo que satisfaga a todos los que participan en su diseño y elaboración.

Por citar un ejemplo en concreto: un coche, símbolo por excelencia de la producción industrial y de lo que se supone que solo puede construirse con inversiones multimillonarias.

Joe Justice y su equipo Wikispeed (un grupo multidisciplinar de voluntarios) ha conseguido desarrollar en tan solo 3 meses un vehículo que reúne todos los requisitos de seguridad para circular. Lo han hecho en un tiempo mínimo e incorporando las innovaciones, correcciones y cambios que todos han ido aportando. A la industria convencional le habría costado meses y hasta años, y seguramente mucho dinero.

La clave de esta forma de trabajar reside en eliminar la competividad entre empresas, que lleva al secretismo sobre los procesos empleados en la fabricación. Extreme manufacturing, así se ha bautizado a este modelo productivo que apela a la participación de clientes y socios.