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TDAH, un problema de niños para toda la familia

13 abril 2018
TDAH

También conocido como Hiperactividad infantil, el TDAH es un trastorno que puede manifestarse con déficit de atención o con grandes dosis de impulsividad, inquietud e impaciencia. Sus tratamientos crean polémica e identificarlo a tiempo resulta determinante.

El número de niños a los que se les ha diagnosticado un Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) ha aumentado considerablemente en los últimos años, y afrontarlo es todo un reto para sus padres, pues con un mal diagnóstico puede llegar a ser desesperante.

También conocido como Hiperactividad infantil, el TDAH es un trastorno polémico, porque los diferentes tratamientos han creado y crean discrepancias entre padres y educadores. En principio, se manifiesta en los niños bajo dos patrones:

  • Puede tratarse de un niño en el que predomine un déficit de atención, que nunca está atento ni en clase ni fuera de ella y que no es capaz de cumplir órdenes múltiples.
  • Puede ser un niño dominado por la hiperactividad, inquieto, impaciente, impulsivo y con tendencia a entrometerse en lo que hacen otros, que habla mucho y que no es capaz de jugar tranquilo.

Muchos niños presentan en realidad rasgos combinados, con lo cual el problema se complica notablemente, sobre todo previamente, a la hora de identificarlo correctamente. En demasiadas ocasiones el TDAH se diagnostica mal. A veces a niños inquietos se les cataloga como hiperactivos y otras a niños verdaderamente hiperactivos se les considera sin más como problemáticos. De ahí la importancia de un diagnóstico acertado.

Para conocer de primera mano más aspectos sobre el TDAH, OCU ha encuestado a más de 700 familias con hijos de 6 a 17 años, 135 de estas familias tienen niños que padecen este problema.

Demasiados psicofármacos 

En el tratamiento del TDAH se utilizan en demasiadas ocasiones psicofármacos.

El 88% de los niños de entre 6 y 17 años tratados los ha tomado, fundamentalmente metilfenidato, un derivado anfetamínico. Según 9 de cada 10 padres estos tratamientos han mejorado el comportamiento de sus hijos, pero también tienen efectos adversos. Por ejemplo, más de la mitad de los niños presentaron pérdida de peso y apetito y el 34% sufrieron insomnio.

En el 20% de los casos el tratamiento duró menos de un año, el 28% entre uno y tres años, el 26% entre tres y cinco años y el 26% más de cinco años. Y ello pese a que las pruebas disponibles no muestran que más allá de tres años aporten beneficios significativos.

Pero no siempre se trata de atajar el problema con fármacos. El 32% de los niños siguieron otros tratamientos terapéuticos. El 24% de ellos lo hizo a través de un psicólogo, el 25% siguió un tratamiento psicopedagógico y el 19% trató su problema tras un entrenamiento específico para padres.

Además, el 52% de los padres pidieron el diagnóstico de otro profesional médico cuando a su hijo se le diagnóstico TDAH y únicamente el 9% de ellos dispone de un diagnóstico confirmado de TDAH.