Informe

Hiperactividad infantil

25 febrero 2013
Hiperactividad infantil

¿Has oído hablar del Trastorno por Déficit de Atención y/o Hiperactividad (TDAH)? La hiperactividad no es comportamiento, sino un trastorno que se define por la incapacidad absoluta para prestar atención. Un diagnóstico a tiempo y manejo adecuado de los síntomas facilita la vida diaria de los niños hiperactivos... y de las personas de su entorno.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), más conocido como hiperactividad infantil, es un síndrome que durante años estuvo en el centro de muchos debates: unos a favor y otros en contra de definirlo como un trastorno en sí mismo. Hoy todavía se escuchan voces críticas. Sea como fuere, el TDAH es un conjunto de síntomas que enfrenta a padres y educadores con un problema que puede llegar a convertirse en una situación desesperante para la vida diaria.

El TDAH presenta unos síntomas que responden a 2 patrones de comportamiento que se pueden superponer.

  • Puede tratarse de un niño con un déficit de atención que no atiende en clase ni fuera de ella y no es capaz de cumplir órdenes múltiples.
  • O bien, puede ser un niño dominado por la hiperactividad, inquieto, impaciente, impulsivo y con tendencia a entrometerse en lo que hacen otros; habla mucho y no sabe jugar tranquilo.

En ocasiones, el TDAH se diagnóstica en ocasiones tarde y mal. A veces a niños naturalmente inquietos se les cataloga como hiperactivos, mientras que otras veces niños verdaderamente hiperactivos son considerados sin más como de conducta problemática. De ahí la importancia de una evaluación especializada.

Factores de riesgo del deficit de atencion en niños

  • Existe influencia genética en la aparición del trastorno. Un 25% de familiares cercanos de niños con TDAH también sufren este trastorno. 
  • Las mujeres que fuman y beben durante el embarazo casi triplican el riesgo de que sus hijos nazcan con el TDAH.
  • Ciertos aditivos y colorantes alimentarios aumentan los comportamientos hiperactivos en la población general. No está demostrado que sean causa directa del TDAH.
  • Causas físicas, como el daño cerebral, pueden ser el origen de ciertos casos del TDAH. Algunos niños desarrollan los síntomas tras haber sufrido un traumatismo cerebral.

niño hiperactivo

Tratamiento con estimulantes en niños hiperactivos

Para el tratamiento de los casos más graves de TDAH existen fármacos relativamente seguros y efectivos, aunque con efectos adversos potenciales que deben ser controlados por un especialista.

El medicamento utilizado es el metifenidato (Rubifen o Concerta, en sus denominaciones comerciales más conocidas).

Se trata de un fármaco cuyas reacciones deben ser seguidas muy de cerca por médicos, padres y profesores, porque suele ser administrado en tratamientos largos y hay que comprobar los efectos en el niño de manera continua.

Por su carácter estimulante, además, estos medicamentos no deben dejarse al alcance del niño. Se trata de fármacos sometidos a restricciones severas, que en malas manos pueden convertirse incluso en objeto de comercio ilegal.

El tratamiento farmacológico suele normalizar la conducta de los hiperactivos hasta en un 70 o 90% de los casos, mejorando su autocontrol, sus relaciones con los otros, su autoestima, etc.

Otras estrategias de tratamiento del TDAH

Muchas veces para aliviar los síntomas del TDAH es necesario combinar varias terapias. Entre ellas pueden estar:
  • Apoyo del entorno. En la escuela, donde la rutina esté muy estructurada y en casa, donde los padres deben dar reglas claras y aplicarlas de manera consecuente.
  • Estrategias de aprendizaje. Haciendo hincapié en la manera de dar instrucciones, de pedir y ofrecer ayuda, de hacer las tareas, pruebas y exámenes.
  • Autoseguimiento. Participando en la planificación de los propios progresos.
  • Apoyo emocional. Dándoles apoyo social y emocional para poder superar sus carencias.
  • Terapia intensiva de comportamiento. Puede ser de ayuda, sobre todo para conseguir objetivos, en autoseguimiento, roleplaying (terapia que consiste en interpretar el papel de otro), etc.
  • Biofeedback. Es una técnica psicofisiológica de autorregulación. También se conoce como neurofeedback o neuroterapia, cuando se usa para controlar la actividad cerebral. Se suele utilizar en combinación con psicoterapia, especialmente con terapia del comportamiento.

Grupos de ayuda para niños hiperactivos