ETF o EXCHANGE TRADED FUNDS

 

Los Exchange Traded Funds o ETF son más conocidos por el nombre de trackers. Se trata de instrumentos financieros (fondos de inversión) cuyo objetivo es reflejar la evolución de un índice bursátil o de una cesta de acciones. El tracker se negocia de manera continua en bolsa, como una acción (oferta y demanda). Su precio refleja el nivel del índice subyacente y está expresado como una fracción del mismo (por ejemplo, 1/10, 1/100). 

Estos fondos presentan una gestión pasiva, es decir, su política de inversión replica el comportamiento de un determinado índice de referencia (aunque los hay de renta fija, la mayoría son bursátiles). Ahora bien, para lograr dicho objetivo, siguen dos caminos radicalmente opuestos:

- Aquellos ETF que replican el índice de referencia invirtiendo en las acciones u obligaciones que lo componen son los denominados ETF físicos;
- Los ETF que se valen del uso de derivados para lograr tal propósito se los conocen como ETF sintéticos

Le recomendamos alejarse de los ETF sintéticos, aunque los físicos tampoco es que sean demasiado recomendables. Su fiscalidad es similar a la de las acciones (peor por tanto que la de los fondos tradicionales), no podrá beneficiarse del traspaso entre fondos sin visitar al fisco, sus gastos suelen ser ligeramente mayores, y su comportamiento será (o debería serlo) muy parecido al de los índices que replican. Por tanto, opción más rentable es encontrar en el mercado en el que se quiere invertir un fondo tradicional que esté bien gestionado. Ahora bien, los ETF físicos sí podrían ser una buena opción para aquellos mercados en los que los fondos tradicionales tengan una gestión que deje bastante que desear (una valoración inferior a tres estrellas según nuestros sistema de evaluación).