PROPIEDAD HORIZONTAL

Es un sistema de regulación de las relaciones entre los distintos propietarios de determinados inmuebles, lo que se conoce como comunidades de propietarios o de vecinos. Se aplica cuando en un inmueble existe una división en los pisos bien diferenciados, que al mismo tiempo que comparten elementos constructivos comunes (fachadas, muros, cubiertas, estructura, jardín, garaje, etc.), pueden usarse con independencia por tener salida a una pieza común o a la calle. El ejemplo más corriente es el de un bloque de apartamentos de varias plantas, con su portal, escaleras y bajos comerciales a la calle. Dichos pisos deben pertenecer al menos a dos personas distintas para constituir una comunidad. La Ley de Propiedad Horizontal regula estas relaciones, en las que se deja un amplio margen a la voluntad de los vecinos, expresada en sus estatutos y en acuerdos tomados en las juntas de propietarios. Estas normas suponen un límite a la autonomía de cada propietario en particular, e implican un reparto de gastos comunes -ordinarios y extraordinarios- que pueden llegar a ser muy elevados. Antes de adquirir un inmueble en régimen de propiedad horizontal conviene informarse del importe de los gastos comunes actuales y de los previsibles.