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La CNMC propone cambios en las tarifas eléctricas

La propuesta de peajes anunciada por la CNMC puede suponer un cambio importante de las tarifas eléctricas que pagan los hogares, pero su aplicación está condicionada a la propuesta que haga el nuevo Gobierno sobre otros cargos del recibo de la luz. OCU insta a que se despejen las dudas de los usuarios cuanto antes.

17 enero 2020
Tarifas eléctricas cambio tramos

Puede tardar un año en aplicarse

Desde el 1 de enero de 2020, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNCM) es la responsable de fijar los peajes eléctricoses decir, los costes por el transporte y distribución de la energía. Y ha estrenado sus atribuciones con una propuesta para reducir la remuneración de esas actividades: 7,2% menos para el transporte y 4,7% menos en distribución. Además, ha realizado una propuesta concreta sobre cómo repartir esos costes entre los diferentes tipos de consumidores eléctricos (alta y baja tensión) y las tarifas para cada grupo: tramos horarios, qué parte en el término fijo, etc.

La  CNMC hizo pública su propuesta de nuevos peajes en julio de 2019, pero en los últimos días de 2019 se creó una gran confusión, pues algunas noticias contaban con que se aplicarían de inmediato, a partir de enero de 2020. Sin embargo, como esta propuesta solo afecta a una parte de las tarifas de acceso (los peajes) y no habrá una propuesta completa hasta que no se coordine con la del Ministerio para los otros cargos del sistema que siguen siendo de su responsabilidad, se ha optado por prorrogar las tarifas actuales. Lo más probable es que los usuarios no vean cambios en sus tarifas hasta enero de 2021, ya que la propuesta de la CNMC que se publicó el pasado 24 de enero en el BOE establece el tope del 1 de noviembre de  2020 como la fecha en la que distribuidoras y comercializadoras deberán tener adaptados los equipos de medida, los sistemas de facturación y los contratos, a lo que se puede añadir algo más de tiempo para poner todo en marcha.

 

Tres tramos horarios y dos potencias contratadas

La propuesta de la CNMC arranca con una reducción de la cantidad que perciben las empresas por transportar y distribuir la energía, aunque la rebaja no será tan grande como la anunciada inicialmente. Este recorte, si se aplicara con las actuales tarifas, se traduciría en una rebaja del 1,5% sobre la factura eléctrica de un hogar medio.

La CNMC ha aprovechado sus nuevas competencias para hacer una propuesta concreta de cómo se deben repartir los peajes entre los diferentes tipos de consumidores, gracias a una nueva estructura de tarifas que debería ser adoptada por el Ministerio en su propuesta, y que incluiría:

  • La creación de una única tarifa de acceso, la 2.0TD (0 a 15 kW), con tres tramos horarios:
    • Horario Valle: de 0h a 8h en días laborables y todo el fin de semana;
    • Horario Llano: de 8h a 10h, de 14h a 18h y de 22h a 24h en días laborables, excepto en Ceuta y Melilla donde el primer tramo se extendería una hora más, de 8h a 11h, mientras el último quedaría con una hora menos, de 23h a 24h.
    • Horario Punta: de 10h a 14h y de 18h a 22h en días laborables. En Ceuta y Melilla se retrasaría una hora: de 11h a 15h y de 19h a 23h.

          El horario Valle con la nueva propuesta tendría 88 horas semanales frente a las 98 horas con la actual tarifa con Discriminación Horaria o TDH. De momento, no se conoce el precio en cada tramo horario, pero contar con un amplio tramo de horario llano permitirá adaptar los hábitos para esquivar los precios más caros del horario punta. Para los pequeños consumidores, se ha descartado la idea de que hubiera seis tarifas diferentes según horarios, meses del año y territorios, que se mantiene, sin embargo, para instalaciones más de 15 kW.

  • La posibilidad de contratar dos potencias diferentes con un precio muy reducido para el horario valle, lo que permitirá usar acumuladores eléctricos para la calefacción y recargar los coches. Con la antigua tarifa nocturna, se podía usar toda la potencia disponible sin coste extra durante la noche, pero el Gobierno la eliminó en 2008 al crear la tarifa con discriminación horaria. Se darán facilidades para poder adaptar la potencia sin coste adicional.
  • La propuesta de la CNMC, confirma que nada cambia respecto al uso del ICP.Todos los hogares mantendrán un interruptor de control (ICP) de potencia integrado en el contador, que saltará si demandan más potencia de la contratada en cada periodo. Solo en casos especiales como en hogares con ascensor o personas conectadas a algún soporte vital  se podrá solicitar un maxímetro que controlará la potencia demandada sin interrumpir nunca el suministro y se les facturará el exceso, con un sistema diferente al anterior y sin bonificaciones.

El objetivo de todas estas medidas es promover que los usuarios desplacen su consumo hacia los horarios con menor saturación de la red al mismo tiempo que se priorizan las energías renovables y las alternativas eléctricas (coche eléctrico, bombas de calor…) frente a opciones basadas en combustibles fósiles. Sin embargo, los efectos reales de la propuesta de la CNMC no se podrán saber mientras no se conozcan los planes del Ministerio para la Transición Ecológica sobre el resto de cargos que suponen el 60% de los costes totales del sistema de la parte regulada.

Ahora mismo, se sabe seguro que habrá cambios en las facturas, tanto para los clientes con PVPC como los del mercado libre, pues todos los contratos de la luz incluyen una cláusula de actualización automática si hay cambios en estas tarifas reguladas, pero es difícil pronosticar si supondrán una bajada o un incremento. Lo que sí está claro es que será más difícil comparar las ofertas de las distintas comercializadoras al haber tres precios distintos según el tramo horario. Las comercializadoras son libres, no obstante, de fijar sus precios y podrían lanzar tarifas con el mismo precio en todos los horarios o incluso bonos y tarifas planas, echando por tierra los intentos de distribuir el consumo a lo largo del día.

 

El 75% de los peajes los soportarán los hogares

La CNMC además propone que los contratos con hasta 15 kW contratados (2.0TD), los habituales en los hogares y las pequeñas empresas, soporten casi el 75% de los peajes, mientras los grandes consumidores y los suministros en alta tensión pagarían el 25% restante. Este reparto puede ser razonable para los peajes, pues es cierto que el coste de transportar y distribuir la energía a muchos puntos de consumo pequeños es más elevado que para los grandes. En cambio, el Ministerio deberá dar su propia argumentación para asignar correctamente los restantes cargos del sistema eléctrico, como las primas a las renovables o la compensación del déficit de tarifa, que han estado soportado injustamente hasta ahora los pequeños consumidores en esa misma proporción.

La CNMC también propone qué el 75% de esos peajes se pague en el término fijo de la factura, aumentando el peso de ese conceptolos hogares habitados pagarían algo más barata la luz, mientras las segundas residencias o las vacías pagarán más, al ser la parte fija más elevada. La última palabra la tendrá el Ministerio, que podría plantear que los otros cargos tengan un mayor peso en el término variable.

Siete propuestas de OCU para abaratar la factura

Ahora es el turno de que el Ministerio muestre sus cartas y presente cuáles son sus planes para los otros cargos del sistema eléctrico. OCU exige tanto al Ministerio como a la CNMC y a las propias compañías que actúen con transparencia en todo este proceso de cambio y les propone siete medidas que podrían introducir para abaratar la factura y simplificarla:

  1. Compartir con otros sectores (el del gas y otros combustibles fósiles) el gasto derivado de compromisos adquiridos con las energías renovables, cogeneración y residuos (RECORE) y el déficit generado por este motivo. No es razonable que los usuarios del sector que está haciendo el mayor esfuerzo por cumplir con los compromisos medioambientales soporten en solitario sus costes.
  2. Buscar alternativas para los sobrecostes de generación eléctrica extra peninsular (Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla), por ejemplo, traspasándolos definitivamente a los Presupuestos Generales del Estado, igual que se hace con otros costes de la solidaridad interterritorial. Habría que revisar también la necesidad de esos sobrecostes: ¿no hay ya otras alternativas para generar electricidad en esas zonas?
  3. Procurar que, a diferencia de lo que ocurre con los peajes, el reparto de los cargos del sistema eléctrico entre los diferentes tipos de suministros sea proporcional al consumo, evitando así que los hogares y las pymes (baja tensión) subvencionen a las grandes empresas suministradas en alta tensión.
  4. Incluir la mayoría de estos cargos en el término de energía en vez de en el de potencia, para incentivar que se gaste menos energía y que se traslade el consumo eléctrico a los horarios menos saturados. El termino fijo sería, por lo tanto, el resultado de los peajes propuestos por la CNMC.
  5. Eliminar de la factura el Impuesto de la Electricidad. En la actualidad es un mecanismo de financiación de las comunidades autónomas cuya presencia en la factura eléctrica no tiene justificación alguna.
  6. Reducir el IVA actual del 21% (el tipo general) al 10% (el tipo reducido), incluyendo la energía en la consideración de servicio básico, de primera necesidad.
  7. Simplificar la factura: con medidas como eliminar las diferencias de horarios Punta y Llano propuestas para Ceuta y Melilla o permitir que la potencia con tarifa reducida se pueda aplicar también durante el horario valle. También es el momento de hacer reflexionar sobre cómo llegará esta propuesta de tarifas a los consumidores finales ante la libertad de las comercializadoras para proponer sus tarifas. Para garantizar los objetivos de la reforma, será indispensable que las tarifas de acceso se cobren de forma independiente en la factura, como ya se hace en otros países. Al ser las mismas para todas las compañías y todos los clientes con menos de 15 kW, no es necesario compararlas. Desligarlas de los otros conceptos facilitaría saber cuánto cobra cada comercializadora por su actividad de vender energía y haría las comparaciones de tarifas más transparentes.