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La verdad sobre Tamiflu: poca eficacia y muchos intereses

11 abril 2014

Tamiflu, el conocido antiviral de Roche en el que los gobiernos de todo el mundo han gastado millones, resulta ser un fármaco de muy limitada eficacia y escasa utilidad. Todos hemos pagado cara la falta de información sobre los resultados de los ensayos. Otro ejemplo de #DespilFármacos.

Tamiflu, el  antiviral de Roche, es el protagonista de una completa evaluación científica publicada por British Medical Journal, que ha incluido datos que durante años Roche no ha querido hacer públicos. Las conclusiones son claras: a día de hoy, lo único probado sobre oseltamivir (el prinicpio activo de Tamiflu) es que, tomándolo, se pueden acortar apenas unas horas la duración de los síntomas de la gripe (que pasa de 7 a 6,3 días).

Esas horas se pagan a un alto precio, y no nos referimos solo a lo que cuesta el medicamento en sí, sino a su significativa tasa de efectos adversos: náuseas, vómitos, dolor de cabeza y problemas renales y psiquiátricos.

Las evidencias no avalan el uso de Tamiflu

El laboratorio Roche se había negado durante años a dar información sobre una serie de ensayos clínicos relacionados con Tamiflu y que no habían sido publicados, pero en 2013 investigadores independientes tuvieron acceso a esa información… La revisión pormenorizada, ya con toda la información disponible, hha confirmado lo que ya sugerían otros análisis previos:

  • No hay razones que avalen la utilización preventiva de Tamiflu para evitar la transmisión de la infección.
  • El beneficio de Tamiflu como tratamiento es insignificante en la gran mayoría de los casos.
  • No hay pruebas concluyentes de que sea útil para evitar el desarrollo de complicaciones graves.

Recurrir a él es un gasto innecesario

Sin embargo:

  • En 2002 la Agencia Europea del Medicamento aprobó el uso de Tamiflu en adultos, no solo como tratamiento sino también para ser utilizada como medicación preventiva.
  • En 2009, durante la famosa pandemia de gripe A, movidas por el pánico, autoridades sanitarias de todo el mundo hicieron acopio de Tamiflu. En España, el Gobierno dedicó a ello una partida de 50 millones de euros. Pagaron por nada, según las evidencias científicas. Lo cierto es que gastaron mucho dinero en acumular reservas de Tamiflu, un gasto innecesario que quizá podría haberse evitado si se hubiera dispuesto desde el principio de esa información que el laboratorio ha ocultado.

OCU pide transparencia y gasto racional

Desde OCU siempre hemos defendido la transparencia absoluta en el ámbito de los ensayos clínicos, cuyos resultados pertenecen a la sociedad en su conjunto. Una transmisión completa y veraz de esos resultados puede influir en las decisiones sobre los tratamientos, evitar la repetición innecesaria de ensayos y permitir hacer análisis de seguridad y estudios coste/eficacia de los medicamentos.

Sin embargo, solo se publican la mitad  de los ensayos, y algunos ni siquiera se registran. Por eso, solicitamos que en la propuesta de Reglamento sobre Ensayos Clínicos, el Parlamento Europeo revise la legislación y tenga en cuenta los acuerdos de la Comisión de Sanidad y Medio Ambiente según los cuales los informes no deben considerarse comercialmente confidenciales una vez que se ha autorizado la comercialización. Las asociaciones de consumidores europeas han manifestado su postura a favor de la máxima transparencia: OCU también ha hecho llegar su postura a las autoridades nacionales españolas y al representante de la Comisión Permanente del Parlamento Europeo. Esa transparencia es una medida básica para luchar contra el derroche farmacéutico.