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Antidepresivos, lo que debes tener en cuenta

30 agosto 2022
antidepresivos

Los medicamentos antidepresivos son de uso cada vez más frecuente, pero no por ello están libres de problemas. Aquí detallamos algunos aspectos importantes que merece conocer sobre este tipo de medicamentos. 

Los trastornos de carácter depresivo son tristemente cada vez más frecuentes, lo que eso se traduce también en un aumento en el consumo de antidepresivos. Según datos del Ministerio de Sanidad los antidepresivos ocuparon el cuarto lugar de los medicamentos con receta más dispensados en las farmacias a lo largo del 2021, notándose un aumento del 6% respecto a 2020.

Aunque el tratamiento farmacológico no es el único abordaje posible para estos problemas, sino que idealmente debería combinarse con la psicoterapia (de hecho, en casos leves o moderados las guías de práctica clínica recomiendan esta opción antes que el abordaje farmacológico), lo cierto es que la falta de atención psicológica en la sanidad española es una realidad, que en OCU llevamos tiempo denunciando, movilizándonos para solicitar más recursos para la salud mental ya desde la atención primaria.

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Lamentablemente, ante la falta de recursos y la creciente demanda, los médicos no tienen más opción que prescribir medicamentos antidepresivos: no todos son iguales y su uso requiere siempre control médico. Te descubrimos algunos aspectos importantes sobre este tipo de medicamentos

Hay distintos tipos de antidepresivos

Existen diferentes familias de medicamentos antidepresivos. Cada una tiene sus peculiaridades y se diferencian, no tanto en su eficacia que es similar, sino en sus efectos adversos, precauciones y contraindicaciones. 

Antidepresivos tricíclicos

Los antidepresivos tricíclicos (nortriptilina, amitriptilina, clomipramina, imipramina, trimipramina, doxepina) son los que menos se prescriben  para tratar la depresión debido a sus múltiples y serios efectos adversos: de hecho solo se prescriben en los casos graves o resistentes a otros antidepresivos.

Los problemas más importantes de esta familia de medicamentos son:

  • Provocan alteraciones a nivel cardiaco (arritmias, bloqueos, hipotensión, alteraciones en el electrocardiograma etc.)
  • Algunos de ellos tienen un importante efecto anticolinérgico, es decir, se oponen a la acción de la acetilcolina, un neurotransmisor muy importante de nuestro sistema nervioso.  El efecto anticolinérgico de muchos medicamentos, no solo de algunos antidepresivos tricíclicos, desencadena una serie de efectos adversos de graves consecuencias, sobre todo en las personas mayores, como caídas, deterioro cognitivo, confusión, empeoramiento del glaucoma, retención urinaria, estreñimiento, etc.

En resumen, este tipo de medicamentos se tienen que usar con precaución en personas con problemas de corazón. Y, en general, es mejor evitarlos en ancianos.

Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)

Los ISRS (citalopram, escitalopram, fluoxetina, paroxetina, sertralina, fluvoxamina) suelen ser la primera opción a la hora de prescribir un antidepresivo ya que se considera que su balance riesgo/beneficio, es decir, la eficacia frente a las posibles complicaciones y efectos adversos, es mejor que el de otros antidepresivos.

Estos medicamentos actúan aumentando los niveles de serotonina a nivel neuronal. A pesar de que son medicamentos relativamente seguros, hay que respetar algunas precauciones,

  • En general, hay que tener especial cuidado cuando se toman junto con otros medicamentos que también aumentan los niveles de serotonina, para evitar el riesgo de sufrir un síndrome serotoninérgico. Este síndrome se produce cuando los niveles de serotonina aumentan demasiado y que consiste en un cuadro que puede manifestarse de forma leve/moderada (ansiedad, diarrea, náuseas, insomnio, temblor, nerviosismo, agitación, sudoración, espasmos musculares, etc.) o de forma extremadamente grave (hipertensión, aumento de la frecuencia cardiaca, aumento de la temperatura, arritmias, rigidez muscular sostenida), pudiendo llegar a causar incluso la muerte.
  • Otra precaución importante es que, con excepción de la sertralina, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina pueden producir como efecto adverso una alteración de la actividad eléctrica del corazón, es lo que se conoce como prolongación del intervalo QT en el electrocardiograma. El resultado de ello es que se pueden desencadenar arritmias. Por eso, en personas que tienen problemas de corazón, se recomienda usar sertralina, evitar citalopram y escitalopram y usar con precaución fluoxetina, fluvoxamina y paroxetina, especialmente si se combinan con otros medicamentos que también pueden producir como efecto adverso prolongación del intervalo QT.
  • Además, cada ISRS tiene sus peculiaridades en cuanto a efectos adversos y precauciones: por ejemplo, aunque este grupo de antidepresivos no produce mucho efecto anticolinérgico, entre ellos está la paroxetina que sí es un potente anticolinérgico, por lo que conviene evitarlo en personas mayores, optando por otro antidepresivo alternativo.

Otros antidepresivos

Este es el grupo más amplio y heterogéneo, que incluye los siguientes principios activos: venlafaxina, desvenlafaxina, duloxetina, mirtazapina, trazodona, agomelatina, tianeptina, mianserina, bupropión, vortioxetina y reboxetina. Los más usados son:

  • Venlafaxina, desvenlafaxina y duloxetina, que se caracterizan porque además de aumentar los niveles de serotonina, también aumentan nuestros niveles de noraderenalina, un neurotransmisor que, entre otras cosas, aumenta la presión arterial y el ritmo cardiaco, por lo que deben usarse con precaución en pacientes hipertensos, con glaucoma o con problemas del corazón.
  • Mirtazapina y la trazodona se prescriben cuando además de depresión la persona tiene problemas para conciliar el sueño ya que ambos tienen un importante efecto sedante. Tanto uno como otro tienen también una larga lista de precauciones.

Lee siempre el prospecto

En España los antidepresivos que más se prescriben son los que pertenecen al grupo de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los que se engloban dentro del grupo de “otros antidepresivos”. Un tercer grupo, pero que se prescribe cada vez menos, es el de los antidepresivos tricíclicos.

En cualquier caso, es muy importante leer siempre el prospecto del antidepresivo prescrito. En caso de dudas, consulta con el farmacéutico. Fíjate si en la sección de advertencias o precauciones aparece alguno de tus medicamentos o algún complemento nutricional que tomes habitualmente (como la Hierba de San Juan o Hipérico): si es así consulta con el médico antes de empezar el tratamiento.

Ideas suicidas: un efecto adverso común

Cada grupo de antidepresivos e incluso cada antidepresivo individual, tiene características diferentes en cuanto a sus contraindicaciones y precauciones, pero todos los antidepresivos comparten un efecto indeseable muy importante y del que hay que  estar al tanto: al inicio del tratamiento, durante las primeras semanas hasta que el antidepresivo empiece a funcionar, se puede producir un aumento de ideas y comportamientos suicidas.   

  • Este riesgo es especialmente elevado en niños y adolescentes por eso ningún antidepresivo, a excepción de la fluoxetina, tiene autorización para usarse en menores de 18 años.
  • En cualquier caso, aún con fluoxetina es necesario supervisar con atención al menor vigilando la aparición de ideaciones suicidas o comportamientos autolesivos.

Es muy importante que el propio paciente y allegados sean conocedores de este riesgo y en caso de que aparezcan ideas o comportamientos de este tipo se pongan, de forma inmediata, en contacto con el médico o acudan al hospital. 

El final del tratamiento

Cuando ya no sea necesario seguir con el tratamiento o haya que retirar el medicamento antidepresivo por algún motivo no debe hacerse de cualquier manera:

  • Lo recomendable es hacerlo poco a poco, reduciendo la dosis del antidepresivo a lo largo de varias semanas con objeto de evitar que aparezca síndrome de abstinencia.
  • Este síndrome se da ante la interrupción repentina del medicamento y cursa con síntomas de tipo gripal (cansancio, dolores musculares, escalofríos), insomnio, náuseas, inestabilidad, anomalías sensoriales como de descargas eléctricas, agitación, ansiedad, inquietud. Dependiendo del tipo de antidepresivo la retirada podrá durar más o menos semanas.
  • En líneas generales la fluoxetina es el antidepresivo que menos síndrome de abstinencia produce: en el caso de la fluoxetina, el médico puede plantear interrumpir la medicación directamente sin necesidad de una reducción de dosis gradual.

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