Consejos

Madres estresadas: enfrentar la maternidad sin sufrir

Conciliar vida familiar y laboral no es tarea sencilla. Una gran mayoría de mujeres que son madres, se enfrentan cada día al reto de llegar a todo, sobre todo cuidar de los hijos sin descuidar sus responsabilidades profesionales. ¿Misión imposible? No, pero sí una tarea estresante.

17 agosto 2023
estrés

Consejos para mamas "quemadas" (y no por el sol)

Combinar vida familiar y laboral, cuidar del hogar, y además sacar tiempo para ellas mismas, la pareja, las relaciones o cultivar sus aficiones... El resultado a menudo es una madre estresada, agotada, superada... a la que las vacaciones, en muchos casos, no ayudan, sino empeoran las cosas. ¿Te suena? ¿Querías ser una supermamá, pero te encuentras con que eres es una madre estresada? Te damos algunas orientaciones que pueden ayudarte a manejar el estrés por la maternidad.

Estrés en la maternidad: síntomas

8 de la mañana. Cuando otros apenas están saltando de la cama, tú ya has preparado el desayuno y el almuerzo que los niños llevarán al cole, has revisado las mochilas, recogido la casa, organizado el día: actividades extraescolares, qué tiene que hacer cada uno, cuándo y dónde... repasas mentalmente qué falta, qué puedes haber olvidado, y a la vez, las tareas urgentes o importantes que te esperan en el trabajo, reuniones, despachos... Ya estás agotada, y el día solo acaba de empezar. Por delante una jornada laboral completa, y luego en casa, atención, deberes, baños, cenas... no ves la hora de sentarte en el sofá a ver una serie. Bueno, lo de ver es un decir, porque estás tan cansada que te duermes en la primera escena, o tan nerviosa que no consigues relajarte.

No te pasa solo a ti. Basta hablar con personas del entorno para ver que se trata de algo generalizado. Sentir cierto nivel de estrés durante la maternidad, tanto con el niño recién nacido como durante la crianza y los años de infancia, es algo común y esperable, pero si es intenso y sostenido puede pasar factura a tu salud y bienestar.

¿Cuál es tu nivel de estrés?

Causas comunes de estrés para las madres

Muchas madres se sienten estresadas ante la abrumadora carga de tareas y demandas que su rol les traslada. Si además añadimos que también son profesionales (ya trabajen en casa o fuera de ella), parejas, amigas, hermanas, hijas… las necesidades, obligaciones y deseos se multiplican.

Ser una superwoman es una expectativa o exigencia social muy habitual: ya no basta con trabajar y tener familia, ahora se espera hacerlo perfecto, ir siempre estupenda, cuidarse, implicarse y comprometerse en todo tipo de actividades y estar disponible para todo y para todos.

Pero a menudo somos nosotras mismas quienes nos imponemos esos estándares de perfección en cada faceta de la vida, sin dejar que nadie más se encargue de esas tareas. 

Encontrar el equilibrio entre los cuidados al bebé, el trabajo y la pareja durante esos primeros años de vida es un aprendizaje complejo y a menudo duro: ser y dar siempre el 100% no es posible. 

Maternidad y burnout

Cuando se dan estas condiciones y se suman las expectativas sociales a las exigencias propias, hay mujeres que “se pierden” por el camino, se angustian, estresan, e incluso, llegan a quemarse.

El estrés surge ante una sobrecarga en la persona, en la que se percibe que las demandas superan la capacidad que uno tiene para hacerles frente.

Cuando el estrés es agudo y sostenido en el tiempo, puede llegar a quemar a la persona. El síndrome de burnout se aplica habitualmente al entorno laboral, donde se habla del trabajador quemado, pero también se puede producir durante la maternidad, causando agotamiento emocional, sensación de desconexión y aislamiento, etc. 

Estrés en las madres primerizas

Por fin ha nacido el bebé. Deseado, esperado durante meses, con todo preparado para acogerle... pero ahora que ya está aquí y ya estás con él en casa, te sientes superada, no sabes sin vas a poder con ello. A pesar de tener ayuda, a pesar de la buena voluntad de unos y otros, tener un bebé, los primeros meses de crianza, son una tarea difícil y agotadora: los horarios, las exigencias del pequeñín, la falta de sueño, la responsabilidad, el tener que renunciar a tantas cosas, no tener tiempo para nada, los cambios hormonales y vitales... puedes estar feliz, pero también muy estresada.

No siempre se puede con todo, al fin y al cabo, somos humanos. Pero, si es lo que deseas, sigue leyendo que te ayudamos a ajustar esas expectativas desproporcionadas que, muy probablemente, estén detrás de tu estrés por la maternidad.

10 tips para abordar una maternidad sin estrés

  • Pregúntate si de verdad tienes que llegar a todo: querer cuidar y atender a los tuyos de la mejor manera es normal, pero ¿a costa de ti misma?
  • Tú también importas. Tu bienestar y tu salud física y mental son algo fundamental.
  • Cuídate para poder cuidar. Mantener unos hábitos de vida saludables en la alimentación, sueño y actividad física son la base para gozar de una buena salud, sin olvidar el ocio y el contacto social.
  • Haz ejercicio físico. Practicar algún deporte (running, natación, pilates, senderismo… ) es sano y además ayuda a liberar estrés y tensiones diarias.
  • Aprende alguna técnica de relajación, como mindfulness o respiración profunda, que permiten desconectar, bajar el ritmo y centrarte en las tareas que tengas durante el día.
  • Observa e identifica tus reacciones de estrés. Descubrir qué situaciones, rutinas o hábitos desencadenan reacciones de estrés y cómo las percibes es el primer paso para poder afrontarlas.
  • Prioriza: organizar tu tiempo y tareas diarias en función de su importancia, urgencia o relevancia para llegar a las que son fundamentales y dejar en segundo plano otras más triviales.
  • Pensar en la siguiente tarea no hará que esta la termines antes. Focaliza sobre lo que estés haciendo en cada momento, así disminuirá el “ruido mental” y podrás hacerlo con más tranquilidad, y puede que incluso antes.
  • No estás sola, delega. Cuenta con los demás para hacer las tareas del día o abarcar las agendas de todos. Desde tu pareja, familia o recursos públicos.
  • Cuelga el cartel de “no molestar”. Tómate un respiro con frecuencia y dedícate a ti misma, a leer, a una rutina de cuidado facial, a salir con tus amistades, etc. Encontrar tiempo para ti no significa ser mala madre.

¿Cuándo hay que buscar tratamiento?

Si la situación te supera, si el malestar, la angustia, o la preocupación no disminuyen e incluso aumentan, y a pesar de aplicar estas técnicas y poner en práctica estas pautas, no consigues delegar ni dejar de sentir estrés, si estás tan agotada que no crees que puedas continuar... es momento de consultar con un profesional para buscar ayuda.

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