Limpia tu nevera en función de cómo enfríe

Ahora estamos más tiempo en casa. Puede ser buena idea, entre compra y compra, aprovechar la situación y limpiar la nevera.

Para mantener la higiene, reducir el consumo eléctrico y mejorar la conservación de los alimentos, hay que limpiar el frigorífico por fuera y por dentro cada cierto tiempo.

Para la limpieza  cotidiana del compartimento frigorífico, puedes aprovechar el momento entre una compra y otra, cuando el aparato está más vacío. Para esa limpieza regular de las paredes del frigorífico puedes usar soluciones caseras a base de vinagre. También puedes limpiar la nevera con bicarbonato o limón mezclados con agua o bien recurrir un producto específico.En el exterior, emplea un quitagrasas en caso de estar cerca de la cocina. Para eliminar los malos olores, puedes mantener dentro un tallo de apio o una taza con bicarbonato de sodio.

La limpieza de la zona del congelador dependerá del tipo de aparato que tengas y de su forma de producir el frío. También limpiar la parte de atrás de la nevera. Como verás, mientras en algunos modelos necesitas realizar un mantenimiento más frecuente, otros prácticamente no necesitan que te ocupes de ellos. Es algo que debes tener en cuenta si vamos a comprar un frigorífico. Aquí puedes consultar el comparador.

Comparador de frigoríficos

Tipos de frigoríficos

Vamos a revisar los sistemas más frecuentes que emplean las neveras en función de la ubicación del evaporador. Cada sistema tiene sus ventajas e inconvenientes y requiere unas operaciones de limpieza algo diferentes. Mira cómo limpiar la nevera, según el tipo de aparato que sea.

No frost

No frost significa literalmente "sin escarcha". Es un sistema muy común en los frigoríficos combi, ya que impide la formación de escarcha. La ventaja es que, de esta forma, no es necesario desenchufar y retirar manualmente el hielo cada cierto tiempo. El inconveniente es que quita algo de espacio de almacenamiento, pues en el congelador hay una cavidad interior adicional donde se aloja el evaporador. También cuenta con un sistema calefactor que retira el hielo que haya podido quedarse adherido a la nevera. El resultado es que se produce aire seco, que pasa al congelador mediante ventilación. Es importante que los alimentos estén bien cubiertos para evitar que ese aire los reseque.

Frío cíclico

Es el sistema más común en los frigoríficos de dos puertas; es decir, en los que cuentan con el congelador en la parte superior. Las conducciones de evaporador están entre los distintos cajones del congelador, produciéndose zonas frías en las que se van depositando los cristales de hielo. Para el consumidor, este sistema implica tener que vaciar el aparato, desenchufarlo y limpiarlo cada cierto tiempo, con todo el trastorno que esto supone.

Low frost o smart frost

Es una variante del sistema No frost, pero aplicado más recientemente a los frigoríficos de dos puertas. No evita totalmente la formación de escarcha en el congelador, pero minimiza el grado de formación de hielo. De esta forma, aunque no se evita la limpieza manual, hay que hacerla con mucha menor frecuencia. El evaporador, en lugar de situarse en el interior del congelador, se encuentra alrededor del mismo, dentro de sus paredes.

Cómo limpiar a fondo tu frigorífico

Al identificar el tipo de frigorífico, podrás hacerte una idea de la frecuencia con la que tendrás que limpiarlo.

Para acometer esa limpieza a fondo, debes empezar por vaciar tu nevera (si tienes congelados, colócalos en neveras portátiles para que no se descongelen mientras tanto), y desenchufar el aparato. Luego, sepáralo de la pared y procede así:

• Serpentín: es el tubo que recorre la parte trasera del aparato y es la zona donde más polvo y suciedad suele acumularse, lo que puede repercutir negativamente en su funcionamiento. Para quitar el polvo, puedes usar un aspirador tipo trineo o escoba o un cepillo suave para retirar la suciedad con cuidado.

• Gomas de las puertas: limpiarlas evitará que se estropeen antes de tiempo y asegura  el cierre estanco de los compartimentos, de forma que se mejora la temperatura interior y la conservación de los alimentos. Usa un estropajo con solución limpiadora y, para las zonas difíciles de alcanzar como los pliegues de las gomas, puedes emplear un cepillo de dientes.
• Puertas y exteriores: limpia las puertas, los laterales y la parte superior con la solución casera o el producto específico de limpieza.
• Interior del frigorífico: retira todas las estanterías y accesorios interiores para fregarlos y poder llegar a todos los rincones. Los más pequeños se pueden lavar en el lavavajillas, mientras que los más grandes puedes lavarlos en la bañera o el fregadero. Frota bien todo el interior de la nevera con un estropajo suave. Después, retira todos los restos de limpiador y de suciedad con una bayeta totalmente limpia para evitar malos olores.
• Interior del congelador: coloca una toalla  o una bayeta absorbente debajo para recoger el agua que pueda salir. a medida que se deshace la escarcha. Quizá queden trozos de hielo en las paredes del congelador: ¡no los raspes nunca con un cuchillo o un instrumento punzante! Podrías dañar el aparato al perforar alguna de las conducciones. Aplica el mismo limpiador que hayas usado para el interior de la nevera, ya que tiene poder descongelante. Limpia todo el interior del congelador y los cajones. Cuando termines, es importante que aclares bien y retires cualquier resto de limpiador que podría transmitir olores a los alimentos.

Al terminar la limpieza y volver a colocar el frigorífico en su sitio, recuerda dejar 5 centímetros de separación con la pared para que pueda haber una buena circulación de aire.

Mira, paso a paso, cómo proceder a la limpieza del frigorífico: