Informe

El consumidor y los servicios financieros

08 marzo 2012
consumidor y finanzas

Queramos o no, bancos y entidades financieras forman parte de nuestra vida: a ellos confiamos nuestro dinero... y resulta evidente que, en sus frecuentes relaciones con bancos y entidades financieras, el consumidor es siempre la parte más débil. Buena prueba de ello son los miles de reclamaciones que cada año recibimos en la asesoría de la OCU.

Decálogo del usuario de los servicios financieros.

  • Elige bien tu entidad y tus productos financieros. Los clientes más satisfechos son los que se guían por razones objetivas, por lo que más vale poner en un segundo plano cuestiones como la cercanía a su domicilio, y no dejarse llevar por mensajes publicitarios, regalos o consejos “bienintencionados”…
  • Ve sobre seguro. Para operar con tu dinero eliga siempre entidades supervisadas por la Administración y registradas en el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores o la Dirección General de Seguros y Planes de Pensiones. Y si quieres estar plenamente tranquilo, no deposites en cada entidad más de los 20.000 euros que por titular garantiza el Fondo de Garantía de Depósitos.
  • Vigila siempre los gastos y comisiones. Merman considerablemente el rendimiento de una inversión, e incrementan sobremanera la TAE de un préstamo. 
  • Negocia. Siempre es posible negociar con tu entidad, así que no te conformes con lo primero que te ofrezcan. Trata de mejorar algunas condiciones, por ejemplo, las comisiones y tipo de interés que te apliquen en préstamos hipotecarios y tarjetas.
  • Explora nuevas vías. Dentro de una misma entidad, los diversos canales de comercialización ofrecen distintos productos. Los productos comercializados por la banca telefónica o por Internet suelen ofrecer condiciones más ventajosas para el consumidor que las que puedes encontrar en su oficina. Merece la pena informarse.
  • Piénsalo antes de pedir un crédito. Si necesitas dinero para afrontar un gasto, hay varias alternativas más económicas (préstamo de familiares, adelanto de nómina, financiación del establecimiento…). También puedes acudir al banco y pedir un préstamo al consumo, pero si el importe que necesitas es pequeño, habitualmente solicitar un préstamo será una alternativa cara debido a las comisiones de apertura.
  • Busca una buena hipoteca.Si vas a pedir un préstamo hipotecario, valora bien tu capacidad de endeudamiento, elige un plazo cuya cuota puedas pagar cómodamente (no más del 40% de tus ingresos líquidos una vez pasada la primera revisión del mismo). Lo ideal es que no supere los 25 años, para así tener margen de negociación en una eventual ampliación temporal. Si puedes, trata de realizar amortizaciones anticipadas del préstamo, por tanto, opta por un préstamo que no cobre comisiones por este concepto.
  • No uses las cuentas para ahorrar. Cuentas y libretas son los instrumentos adecuados para gestionar los pagos y cobros de tu economía doméstica, pero no son una alternativa de ahorro. No dejes el dinero en una cuenta corriente: aun a corto plazo, hay productos igual de seguros, pero mucho más rentables (como las cuentas de alta remuneración, los fondos monetarios o los depósitos a plazo).
  • Invierte diversificando y siguiendo los consejos de los expertos de la OCU. Obtendrás un mayor rendimiento del dinero que vayas ahorrando si lo inviertes de forma diversificada, sin tener porqué asumir un gran riesgo. Incluso un pequeño inversor debería invertir sin miedo en acciones o en divisas distintas al euro. La OCU, a través de sus publicaciones especializadas, en especial sus boletines financieros y su página www.dinero15.com, te ayuda, diciéndote qué invertir, cómo hacerlo, dónde y cuándo. El mejor ejemplo de la preparación de nuestros expertos es el rendimiento de la cartera de acciones recomendada por Dinero Quince, que ha obtenido un 20% anual medio desde su creación hace ya más de 17 años. La cartera global, que combina acciones y obligaciones, ha logrado un 10,7% desde su creación en 1993.
  • Reclama. Si te cobran una comisión que no está recogida en las tarifas, que no se corresponde con un servicio efectivamente prestado o se trata de un servicio que no habías aceptado, reclama: la entidad financiera no está autorizada a su cobro y debe devolvértela. De igual manera, quéjate si las condiciones finales de un producto no se corresponden con lo anunciado en la publicidad o con lo pactado, o si no recibes un buen trato en la oficina... Ante cualquier conflicto, procura solucionarlo de forma amistosa, ante el Defensor del Cliente de la entidad. Si no tienes éxito, deberá acudir al Comisionado para la Defensa del Cliente de Servicios Bancarios.