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¿La pandemia nos ha hecho más sostenibles?

La crisis generada por el coronavirus ha hecho que todos pudiéramos comprobar que es posible cambiar nuestros hábitos de vida y hacer una apuesta firme por la sostenibilidad de nuestro hogar, de nuestro entorno y de nuestro mundo. 

19 noviembre 2020
Coronavirus y sostenibilidad

Lo que nos ha enseñado la pandemia

El coronavirus ha cambiado toda nuestra vida, y nos ha hecho replantearnos muchas cuestiones: parece bastante claro que el modelo actual no nos sirve para afrontar los retos a los que nos ha enfrentado la pandemia, necesitamos transformarnos para sobrevivir

La situación ha puesto de relieve que un planeta medioambientalmente insostenible puede verse sacudido por grandes crisis como la del coronavirus, pero también de esto se pueden sacar valiosas lecciones relacionadas con el impacto ambiental.

1. Es posible reducir la contaminación

Nuestro modelo de sociedad influye en la falta  sostenibilidad actual del planeta, sobre todo en las ciudades. Basta con mirar estos mapas que muestran la contaminación del aire en las grandes ciudades europeas antes y después del confinamiento de la primavera del 2020.

2. Somos vulnerables

Los humanos somos más vulnerables de lo que creíamos. Un simple virus, parecido al de la gripe, ha sido capaz de generar una crisis sanitaria mundial, una crisis económica mayor que la del ladrillo y una crisis social sin precedentes que limita nuestros hábitos hasta para saludarnos.

Somos testigos de cómo la salud de las personas está ligada a la salud del planeta; lo que pasa en ecosistemas alejados puede llegar hasta nuestro barrio porque vivimos en un mundo globalizado y dependemos de la acción conjunta (bien común, servicios públicos, de acciones solidarias, etc.) para poder salvar a personas concretas.

El cambio climático es una amenaza que debe abordarse de forma urgente, porque sus consecuencias son más devastadoras de lo que nos gustaría y está más cerca de lo que creíamos. 

3. Necesitamos los servicios esenciales cerca

La pandemia, el confinamiento y las restricciones a la movilidad han puesto de manifiesto la  importancia de tener recursos cercanos y servicios esenciales cerca.

Los productos locales nos permiten subsistir en momentos críticos de desabastecimiento. Además, los productos locales y las tiendas de barrio, además por su cercanía, generan menos impacto ambiental.

Los servicios realmente esenciales en entornos urbanos, sobre todo, son los sanitarios, educadores, transportistas, tiendas para comprar comestibles y productos básicos, además de los abastecedores de servicios como el gas, la luz, el agua. Debemos cuidarlos para que estén ahí siempre.

4. El teletrabajo es una opción sostenible de futuro

El teletrabajo ha llegado para quedarse, y es una alternativa que no perjudica a la productividad. La consolidación del teletrabajo permite vivir a más gente fuera de las ciudades con la consiguiente disminución de la presión urbana y la promoción del desarrollo rural, además de disminuir los desplazamientos diarios y facilitar la conciliación.

5. Hay otra forma de moverse

Es cierto que en estos momentos hay mayor reticencia al uso del transporte público, que no se percibe como seguro, y muchos de los que se debe desplazar han vuelto a usar su coche... pero también lo es que más consumidores se han plantado alternativas, a veces obligados porque no había otra forma de desplazarse.

El uso de la bicicleta ha aumentado mucho para los desplazamientos diarios en la ciudad, y también hay quien ahora va caminando a su destino. La consecuencia es que con menos coches mejora la calidad de vida en las ciudades; el aire que respiramos es más sano, no hay tantos atascos y hay más espacio para todos, además adquirimos hábitos de vida más saludables.

6. Podemos estar conectados desde casa

Hay otras formas de relacionarse sin moverse de casa.

conectados

Las videoconferencias valen para trabajar, sí, pero también para encuentros con amigos, clases, tertulias, terapias, telecomunicaciones…Estas nuevas opciones evitan desplazamientos, lo que es bueno para el medio ambiente, y también permiten estar más tiempo en casa, lo que ofrece la posibilidad de conocer mejor a los que viven cerca.

Las acciones de cooperación son fáciles de hacer desde casa: ayudar a vecinos mayores, intercambiar libros, compartir desplazamientos, fabricar EPIS, organizar repartos de alimentos a personas vulnerables, etc. Además de resultar eficaces, generan una mejora de la sostenibilidad ambiental y un avance en la sostenibilidad social del entorno.

Si te gusta la idea de implicarte con tu comunidad, mira todo lo que se puede hacer en plataformas digitales de consumo colaborativo.

7. Conviene reconectar con la naturaleza

Ya lo sabíamos, pero hemos redescubierto lo bueno que es tener un espacio verde o un jardín en casa o cerca, un lugar donde disfrutar del tiempo de ocio, salir a hacer ejercicio o deporte. El confinamiento ha permitido que algunas especies recuperasen espacio: en esos meses hemos visto y oído a animales que normalmente no se acercaban tanto a nosotros...

Todo esto pone de relieve que es importante regenerar ecosistemas, también en las ciudades, donde es necesario rediseñar y dar protagonismo a los espacios verdes para mejorar la calidad de vida. Hay opciones:

  • Los edificios pueden ofrecer cobertura vegetal que también recoja agua de lluvia o baje la temperatura. Es posible tener huertos o jardines en azoteas que sirven para aprovechamiento de vecinos.
  • Los ciudadanos también podemos contribuir cuidando nuestros espacios públicos verdes que necesitan estar limpios y cuidados.
  • En casasiempre hay sitio para una maceta con plantas ornamentales o de hierbas aromáticas, como el perejil, la hierbabuena o el cilantro.

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8. Es posible adoptar políticas medioambientales

Y si hay algo que ha demostrado la pandemia y las medidas adoptadas para combatirla es que los gobiernos pueden tomar medidas radicales.

Durante mucho tiempo se han aplazado las políticas que benefician al medio ambiente porque pudieran perjudicar a la economía, pasar factura a parte de la sociedad... Pero el problema no se soluciona solo, y sin salud o sin planeta, no hay economía que valga. 

Objetivo: avanzar en sostenibilidad

En la situación actual hemos aplazado los abrazos, los planes, los viajes, los proyectos laborales, etc., pero no podemos aplazar la responsabilidad con el planeta y con el futuro de la sociedad. Aprovechemos las adversidades provocadas por la pandemia para aprender a abordar los retos ambientales desde nuevas perspectivas:

  • Como ciudadanos responsables, trabajemos por mantener estos nuevos hábitos que han surgido durante la pandemia cuando volvamos a la normalidad. 
  • Apostemos por una industria y un consumo más sostenible, reivindicándolo con nuestra forma de relacionarnos, consumir y comprar.
  • Pidamos los gobernantes y organismos responsables que se impliquen en esta transformación urgente y necesaria.

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