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La industria del automóvil manda más que Europa

29 octubre 2015

Volkswagen es mucho Volkswagen. Tras el escándalo con sus motores trucados, la Unión Europea cede ante la industria automovilística y llega a un acuerdo sobre emisiones contaminantes en la que todos los consumidores salimos perdiendo. Los de siempre salen ganando.  

¿Qué ocurre cuando se descubre que el fabricante que más coches vende en Europa lleva años haciendo trampas?

Años y años trucando sus motores para que parezcan menos contaminantes de lo que realmente son.

Años y años saltándose la normativa, triplicando (como mínimo) los límites de contaminación permitidos. 

La UE agacha la cabeza

Los gobiernos de la Unión Europea han llegado a un acuerdo sobre los tests de control de emisiones en automóviles.

Este acuerdo supone una derrota para los consumidores y una sonada victoria para los grupos de presión que han conseguido que los intereses de la industria vayan por delante de los de los ciudadanos. 

La propia Comisión Europea había propuesto un acuerdo mucho más razonable, pero la rígida posición de Alemania, Italia y España ha acabado con toda esperanza.  

Los porcentajes de la contaminación

Una cosa son las emisiones contaminantes cuando se miden en laboratorio (antes de que el coche sea comercializado) y otra cosa son las emisiones medidas cuando el coche ya circula por las carreteras. 

  • La Comisión proponía que el fabricante pudiese superar en carretera hasta un 60% los valores de laboratorio. Se planeaba reducir este margen con el tiempo, hasta dejarlo en un 20%. 
  • El acuerdo alcanzado por los 28 Gobiernos de la UE permite que el fabricante supere en carretera hasta un 110% los valores medidos en laboratorio. Y con el tiempo se plantea reducir este porcentaje a un 50%. 

Una decisión así lanza un mensaje claro: a nuestros gobernantes no les interesa la protección del medio ambiente ni tampoco recuperar la confianza de una ciudadanía que ve, una vez más, cómo algunas empresas mandan más que nadie.