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Nanomateriales en la industria agroalimentaria

24 abril 2024
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El uso de los nanomateriales en la industria agroalimentaria está cada vez más extendido, sin que seamos conscientes de ello. Aun así, hacen falta más investigaciones para conocer mejor las características de las nanopartículas y poder descartar posibles riesgos para nuestra salud y para el medio ambiente.

Los nanomateriales son materiales compuestos por partículas que tienen un tamaño inferior a los 100 nm (nanómetros) y que pueden derivar de casi cualquier sustancia química. A esta escala las características de las moléculas cambian, lo que deriva en un mayor potencial de los materiales. Actualmente, podemos toparnos con nanomateriales en campos tan dispares como, por ejemplo, la cosmética, la medicina, la electrónica, el material deportivo, etc.

Nanomateriales industria agroalimentaria

Entre las diversas áreas de aplicación, la industria agroalimentaria es uno de los sectores donde últimamente se está experimentando más con el potencial de los nanomateriales en busca de nuevos usos o mejorar los ya existentes.

Uso de las nanopartículas en alimentacion

En la actualidad, las principales aplicaciones de las nanopartículas en la industria agroalimentaria son los aditivos alimentarios y los materiales que se encuentran en contacto con los alimentos. Además, se está estudiando y experimentando si pueden servir para otros usos como, por ejemplo:

  • Usos en agricultura Hay estudios en los que se está experimentando con el uso de nanopartículas para distribuir productos agroquímicos y fertilizantes de un modo más eficaz que el de hoy en día, así como para realizar tareas de control biológico (por ejemplo: detección de insectos y plantas patógenas).
  • Usos en alimentación y salud Algunas de las investigaciones se centran en utilizar nanomateriales como potenciadores del sabor y del color de los alimentos y, también, para crear texturas (gelificantes o viscosificantes). Asimismo, se está investigando cómo extraer los agentes patógenos de los alimentos y de qué manera mejorar la absorción de nutrientes por parte de nuestro organismo.  
  • Usos en envases. Otros estudios que se están llevando a cabo son sobre el uso de nanomateriales para fabricar envases aportándoles interesantes propiedades como el ser antimicrobianos y antifúngicos, la detección de microorganismos dañinos o la monitorización/control/seguimiento de la temperatura y la humedad del alimento

Necesidad de una normativa europea única

¿Cuál es el problema de los nanomateriales?

Si bien es cierto que el número de beneficios que podemos obtener de los nanomateriales es cada vez mayor gracias a los nuevos usos que se están descubriendo, todavía no se han hecho suficientes investigaciones sobre los riesgos que pueden entrañar para nuestra salud por lo que consideramos esencial invertir más fondos comunitarios para la investigación y el control de esta tecnología tan prometedora. 

En el ámbito alimentario, los nanomateriales están considerados nuevos alimentos, y su uso en la UE requieren autorización para lo cual la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) debe determinar que su presencia en alimentos no supone un peligro. Además, su presencia debe indicarse en la lista de ingredientes con la palabra “nano” entre paréntesis tras el nombre del compuesto.

Qué es un nanomaterial (y qué no): la polémica de la definición

La normativa define “nanomaterial artificial” como aquel producido intencionadamente que contengan partículas con tamaño menor a 100 nm. También lo son si presentan propiedades de nanomaterial, aunque con tamaño supere los 100 nm. El problema es que esta definición no es muy específica ya que no indica qué porcentaje mínimo de nanopartículas debe tener para considerarse nanomaterial, por lo que la Comisión está trabajando en una nueva definición que incluya este aspecto.

El pasado mes de marzo dio a conocer su propuesta de definición de nanomaterial artificial que establece que los ingredientes que tengan un 50% o más de sus partículas en tamaño “nano” serán considerados nanomateriales. Desde OCU ya manifestamos nuestra preocupación y desacuerdo con esta propuesta pues consideramos que no es suficientemente protectora y así se lo hicimos a AESAN. De acuerdo a la nueva definición, un ingrediente con un 40% de su composición en forma de nanopartículas no se considera nanomaterial, por lo que no necesitaría autorización para su uso ni etiquetarse como nano en la lista de ingredientes.

Afortunadamente, esta propuesta ha sido claramente rechazada por el Parlamento, que en una reunión plenaria celebrada el 24 de abril de 2024 se reunió para votar una moción en contra de la propuesta de definición de nanomaterial. La revisión propuesta ha sido formalmente rechazada, algo que en OCU celebramos.

Ahora, la Comisión tendrá que valorar si persiste en su intento de establecer una definición de nanomaterial que implique un porcentaje mínimo de partículas en tamaño nanométrico, o permanece el status quo, dejando de forma definitiva la definición actual mediante la cual cualquier ingrediente con nanopartículas sería considerado nanomaterial.

Confirmamos su presencia en alimentos

En 2019 OCU realizó un estudio internacional junto a organizaciones de consumidores de Italia y Bélgica, y confirnamos la presencia de nanopartículas en prácticamente la totalidad de los alimentos analizados.

Seleccionamos 24 productos que contenían aditivos sospechosos de tener parte de su composición en forma de nanopartículas:

  • el E551 (dióxido de silicio),
  • el E174 (plata)
  • y el ya prohibido E171 (dióxido de titanio).

Salvo una excepción, encontramos nanopartículas en todos los productos analizados en porcenta­jes que variaban del 27 al 76 % en el caso del dióxido de titanio, y del 100 % en los casos de la plata y del dióxido de silicio.

Tabla con resultado del análisis de nanopartículas en tres tipos de aditivos presentes en 24 alimentos procesados

Estos resultados muestran que la presencia de nanopartículas en los alimentos que consumimos es un hecho, por lo que es esencial que la normativa que los regule sea suficientemente protectora para los consumidores, y que se invierta más investigación para desvelar las incertidumbres que existen en torno a estos pequeños compuestos.