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Europa debe reaccionar ante la obesidad

18 mayo 2016
Obesidad infantil

¿Estamos condenados a convertirnos en la generación del XXL? Seguramente no, pero para ello necesitamos mayor voluntad política europea en materia nutricional y más información sobre comida sana. ¿Un ejemplo de despensa saludable? La cocina interactiva puesta en marcha por BEUC.

Una dieta desequilibrada es la mejor forma de tener kilos de más, un problema cada vez más importante en Europa. Uno de cada dos adultos y uno de cada tres niños tiene sobrepeso o es obeso. De hecho, el sobrepeso se ha convertido en el principal factor de riesgo de morbilidad y mortalidad prematura, ya que tener kilos de más puede desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y cáncer

Sobrepeso y obesidad en Europa

¿Qué hay en tu despensa?

Los productos procesados hacen nuestra vida más sencilla y han invadido nuestra despensa. Sin embargo, útil no significa forzosamente saludable. No es un secreto que cuanto mayor esté procesado un producto, menor es su interés nutricional. Pero, ¿qué sucede en nuestra cocina? Echa un vistazo a la tuya y mira si se parece a ésta:

Con el objetivo de informar a los consumidores sobre diferentes temas de nutrición y, bajo el auspicio de la Oficina Europea de los Consumidores (BEUC), OCU ha participado en la puesta en marcha del portal interactivo ¿Qué hay en tu despensa? En esta herramienta se muestran las principales reivindicaciones de las organizaciones de consumidores a través de una cocina interactiva en la que cada alimento está relacionado con una acción.

Llamada a la acción

Para la presidencia holandesa de la UE, la puesta en marcha de acciones sobre la salud ha sido una de sus grandes batallas. Es hora de que la Comisión Europea y los gobiernos nacionales se involucren en políticas nutricionale ya que invertir en una alimentación sana es una medida rentable para salvar vidas y garantizar que nuestro sistema de salud se mantenga a flote.

Europa reacción obesidad

¿Qué se puede hacer para que la comida sana esté más presente en nuestras cocinas? Las soluciones incluyen una reformulación más estricta, una promoción más inteligente e información más clara. Éstas son algunas:

  • Saludable y apetecible pueden ir de la mano. ¿Sabías que algunos cereales de desayuno, aparentemente saludables, tienen un 30% de azúcar? ¿Por qué? Sencillo, la industria alimentaria no está limitada en cuanto a la cantidad de azúcar que pueden añadir en la elaboración de sus productos. Sin embargo, nuestro gusto puede educarse de forma paulatina de tal forma que si los fabricantes utilizan cada vez menos sal o azúcar en la elaboración de sus productos, nuestro riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares disminuirá.
  • La opción más saludable sea la más atractiva. La comida procesada y poco saludable debe convertirse en la excepción y no en la regla. Por ejemplo, la última vez que estuviste en una estación de tren y anhelabas algo de comer ¿Pudiste optar por algún producto saludable ofrecido en alguna máquina expendedora, o solo podías elegir entre bollos de chocolate, bolsas de aperitivos y refrescos? La oferta no es mejor en los supermercados o en el mundo digital, que expone a los niños a un montón de anuncios que amenazan con crear una generación de “adictos” a la comida rápida. Los supermercados deben eliminar la comida basura de las cajas, mientras que se necesita una legislación a nivel europeo para proteger a nuestros niños de la comercialización de alimentos con una composición nutricional pobre.
  • Los etiquetados deben ser claros y veraces. El etiquetado no debe dar a entender que los productos alimenticios son más sanos de lo que realmente son. Todavía se pueden encontrar alegaciones sobre beneficios para la salud como son “mejora tu sistema inmunológico” o “para tener huesos más fuertes” en productos con cantidades muy grandes de azúcar, grasa y sal. Además de ser fiable, la información debe ser fácil de entender. Teniendo en cuenta que se asimila mejor los colores que las cifras, una información nutricional sencilla es la clave para ayudar a los consumidores a comprobar rápidamente si un producto es rico en azúcar, grasas saturadas y sal.

Si quieres más información sobre nuestras medidas por una mejor política nutricional en la UE, lee nuestro Manifiesto del BEUC