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Cetosis y dietas cetogénicas

29 septiembre 2017
cetosis

La cetosis es un estado fisiológico en el que, por ausencia de hidratos de carbono en la dieta, el organismo busca fuentes alternativas de obtención de energía. Para ello, se forman cuerpos cetónicos a partir de las grasas de reserva. La presencia de estos cuerpos en la sangre puede producir efectos perjudiciales sobre el organismo.

La adaptación del hombre en el pasado a un medio hostil y con un limitado acceso a los alimentos ha requerido de mecanismos metabólicos, los cuales permitieran funcionar al organismo sin suministro energético durante periodos de tiempo relativamente largos. La cetosis o la formación de cuerpos cetónicos es uno de esos mecanismos. Provocar la cetosis es un recurso que hay quien se plantea para adelgazar.

El metabolismo celular está basado en la glucosa, pero los niveles de glucosa decaen en periodos de ayuno o escasez de alimentos. En esos momentos, empiezan a utilizarse los ácidos grasos del tejido adiposo y a formarse cuerpos cetónicos en el hígado, que pasan a ser el combustible energético de los tejidos.

Con dietas con un aporte de hidratos de carbono por debajo de 50 g al día, las reservas de glucosa resultan insuficientes. Durante periodos de ayuno, el suministro de cuerpos cetónicos se convierte en el principal proveedor de energía para el cerebro (60-70 % del total energético). El resto (30-40 %) procede de la glucosa obtenida a partir de varias fuentes como, por ejemplo, los aminoácidos que forman parte de las proteínas y el glicerol de los triglicéridos.

La formación de cuerpos cetónicos o cetogénesis incluye la formación de diversas sustancias: el beta-hidroxibutirato, el acetoacetato y la acetona. Es más, el aroma característico de la cetosis se debe a esta última sustancia, la cual se elimina por vía respiratoria.

Beneficios de la cetosis

En los últimos años, han proliferado los estudios sobre el potencial terapéutico de las dietas cetogénicas en diversas condiciones patológicas. A continuación, lo analizamos:

Pérdida de peso

Existen bastantes evidencias sobre la efectividad de las dietas reducidas en hidratos de carbono, al menos a corto plazo (hasta 6 meses). Cuando hablamos de seguimientos más largos, desaparecen las ventajas iniciales de este tipo de dietas frente a dietas equilibradas y reducidas en calorías.

Son diversos los argumentos que se esgrimen para explicar esta ventaja inicial de las dietas reducidas en hidratos de carbono. Algunas de estas explicaciones son:

  • El mayor gasto calórico que utiliza el organismo para obtener glucosa a partir de aminoácidos y glicerol.
  • El mayor efecto saciante de un consumo elevado de proteínas.
  • El posible efecto reductor del apetito derivado de la cetosis, que puede tener una influencia sobre las hormonas del apetito leptina y grelina.

Sin embargo, todavía se puede mantener que el máximo predictor del peso corporal es el total de calorías ingeridas. En este tipo de dietas, la monotonía y la poca variedad determinan un menor consumo de alimentos y calorías.

dieta cetogenica

Diabetes tipo 2

La disminución de hidratos de carbono en la dieta podría determinar beneficios en diversos parámetros metabólicos. Sin embargo, los estudios realizados al respecto no muestran grandes beneficios en el control de la glucemia. Esto debe ser interpretado con precaución, ya que este tipo de dietas presentan una baja adherencia. En cualquier caso, la reducción en el consumo de alimentos refinados ricos en hidratos de carbono debería ser positiva, así como el hecho de que exista un menor aporte de azúcares.

Enfermedad cardiovascular

Una dieta reducida en hidratos de carbono disminuye los niveles sanguíneos de triglicéridos, lo que reduce el riesgo cardiovascular en cierta medida. En cuanto a otros factores de riesgo cardiovascular, algunas investigaciones apuntan a un efecto reductor de los niveles de colesterol y un aumento del colesterol HDL.

Por otro lado, se apunta a que una disminución de los hidratos de carbono de la dieta lleva a un mayor consumo de grasas y de grasas saturadas, lo que puede determinar un aumento en el riesgo cardiovascular.

Algunos estudios observacionales establecen un mayor riesgo de mortalidad total derivado de una dieta baja en carbohidratos. En cuanto al riesgo de mortalidad y eventos cardiovasculares, no se han apreciado diferencias estadísticamente significativas.

Epilepsia

Desde inicios del siglo XX, la dieta cetogénica se ha venido utilizando como tratamiento efectivo de la epilepsia infantil hasta la aparición de los medicamentos anticonvulsionantes.

Otros posibles efectos de la dieta cetogénica

Existen otras patologías que se pueden beneficiar de una dieta baja en hidratos de carbono, si bien la evidencia al respecto no es concluyente. Este sería el caso del acné, de la carcinogénesis, del síndrome del ovario poliquístico y de las enfermedades neurológicas como el Alzheimer o el Parkinson.

Ahora bien, se necesitan investigaciones que permitan avanzar en el conocimiento de estos posibles beneficios que apoyarían la utilización de las dietas cetogénicas o de bajo contenido en hidratos de carbono, al menos como colaboradores terapéuticos.

Dietas cetogénicas

La cetosis es un término que se puso de moda por la proliferación de dietas con un escaso aporte de hidratos de carbono como, por ejemplo, la dieta Atkins o el método Dukan.  

Las dietas cetogénicas basan su supuesta eficacia para la pérdida de peso (total o parcial) en la formación de cuerpos cetónicos y en el gasto energético extra que esto supone. Sin embargo, el exceso de grasas que se movilizan desde el tejido adiposo perturba el equilibrio ácido-base del metabolismo. Una cetoacidosis (niveles elevados de ácidos grasos y cuerpos cetónicos en sangre) no controlada puede provocar complicaciones graves como, por ejemplo, sería una deshidratación severa, una coma o una hinchazón del cerebro.

A partir de la restricción en el aporte de hidratos de carbono en la dieta, se produce la desaparición de las reservas de glucógeno (forma en la que se almacena la glucosa en músculo e hígado) y del agua que está unida a éste, por lo que parte de la pérdida de peso se puede atribuir a la pérdida de agua. Sin embargo, parece que la mayor pérdida de peso derivada de este tipo de dietas se produce en el tejido graso, al menos durante los primeros meses.

De acuerdo con las teorías que respaldan a las dietas cetogénicas, la pérdida de peso se produce debido al aumento del gasto energético. Sin embargo, no existen evidencias de que una dieta alta en proteínas y grasas determine un mayor gasto energético.

El éxito de este tipo de dietas puede deberse probablemente a la restricción en la variedad de alimentos, ya que la monotonía y la simplicidad de la dieta puede inhibir el apetito y la ingesta. Además, las proteínas presentan un mayor efecto saciante que grasas e hidratos de carbono, lo que también puede disminuir la ingesta de alimentos y el peso corporal.

Cetosis en diferentes circunstancias

 cetosis-tabla

De Paoli et al. Beyond weight loss: a review of the therapeutic uses of very low carbohydrate (ketonic) diets. European Journal of Clinical Nutrition 2013; 67:789-796.

Riesgos de la dieta cetogénica

Las dietas reducidas en hidratos de carbono pueden tener un efecto negativo sobre la función renal, sobre todo en personas que ya tienen afectado el riñón. Esto se debe a una elevada excreción de nitrógeno durante el metabolismo proteico, ya que las proteínas están aumentadas en la dieta.

dieta cetogenica problemas

Las quejas más comunes sobre las dietas bajas en hidratos de carbono son:

  • Dolor de cabeza
  • Estreñimiento o diarrea
  • Halitosis
  • Tirones musculares
  • Debilidad
  • Sarpullidos

Si atendemos a los potenciales efectos adversos de la dieta cetogénica y los escasos y fugaces beneficios que puede determinar en la pérdida de peso, no se puede recomendar de manera generalizada. No hay una dieta que funcione para todo el mundo. Por esta razón, se recomienda acudir a un nutricionista antes de iniciar cualquiera de ellas.

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