Es enero y sube el butano
Estamos en mitad del invierno, y el hecho de que suba el butano en estas fechas es una noticia especialmente negativa, porque es cuando su uso se dispara. Después de la subida de un 2% del mes de noviembre y tal como pronosticábamos entonces, el butano vuelve a subir en la primera revisión del año un 1,6%. A partir del 16 de enero, el precio oficial de la bombona pasará a costar de los 14,45 € a los 14,68 €.
Recordamos a los consumidores que este precio máximo oficial sólo se aplica a la bombona tradicional de butano, aquella que tiene 12,5 kilogramos de carga y que en vacío pesa más de 9 kilos. Las que poseen una tara inferior a 9 kilos tienen el precio liberalizado desde hace años, por lo que pueden costar más que este precio regulado.
Precios al alza, ¿y en la próxima revisión?
No es ninguna sorpresa esta nueva subida, puesto que desde el otoño de 2016 en cada revisión bimestral el resultado ha sido de alzas constantes del precio. Sólo hubo una única excepción en septiembre de 2017.
A pesar de aquella bajada, la tendencia es claramente alcista. Si comparamos el precio actual con el que había en enero de 2017 (12,89 €) se registra una subida del 13,9% y de casi 2 €. Y respecto al precio mínimo alcanzado entre julio y septiembre de 2016 (hace menos de dos años y medio), de 11,27 €, el incremento es de cerca de tres euros y medio y de un 30%.
Y si bien era de esperar esta nueva subida, sobre todo viendo la reciente tendencia del precio de las materias primas, había otros motivos, históricos, para preverla. Desde que se estableció el nuevo sistema de fijación de precios de la bombona tradicional y el precio abandonó el precio máximo que alcanzó entre 2013 y 2015 de 17,5 €, en todos los meses de enero las revisiones han registrado subidas. La única buena noticia es que la subida ha sido inferior a la de 2016 (3,3%) y a la de 2017 (5%), esta última coincidente con la variación máxima que se permite en cada revisión bimestral (un 5%). Esto indica que no se está generando un déficit de tarifa que haya que enjugar en posteriores revisiones.
No es descartable en absoluto que el precio vuelva a encarecerse en la próxima revisión, vista la evolución reciente de la cotización internacional del petróleo y de los carburantes, haciendo que la primavera se presente con un nuevo pellizco a los bolsillos de los millones de hogares que aún usan esta fuente de energía, en muchos casos precisamente por ser más barata que otras alternativas.