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Calderas de biomasa: el retorno a la leña

Calders biomasa

Más madera para nuestra calefacción: las calderas de pellets pueden ser una solución ecológica que nos haga ahorrar hasta 600 euros al año. Pero no son adecuadas en todos los casos.  

Con los precios del gas por las nubes y ante el temor a restricciones y cortes, crece el número de personas que piensan que quizá es el momento de volver a a leña. Desde luego no es así, pero sí es posible plantearse otras opciones, más eficientes, que no dependen de la producción de gas o electricidad, como es el recurso a la biomasa.

Biomasa: para calentarse... y más

Las estufas y calderas de biomasa se alimentan con residuos orgánicos como huesos de aceituna, cáscaras de nuez o astillas de restos de podas y talas. 

La forma más sencilla y eficaz de consumir biomasa son los pellets, pequeños cilindros que son el resultado de comprimir residuos como los serrines y las astillas de los árboles. Tienen alta densidad y gran poder calorífico para calentar tanto nuestra casa como nuestro agua, e incluso nuestra comida.  

Tipos de calefacción con biomasa 

Si elegimos una estufa, es posible que necesitamos algún otro sistema de calefacción para la casa.

Si elegimos una caldera, irá conectada al circuito y se ocupará de calentar toda la casa y proporcionarnos también agua caliente.

  • Estufas de aire de pellets. Con una potencia de entre 5 y 22 kW, calientan con aire y encajan mejor en habitaciones diáfanas. Precio: desde 1.000 euros (más baratas si son de baja potencia).
  • Estufas de agua de pellets o termoestufas. Con una potencia de entre 11 y 29 kW, generan calor para calentar a habitación donde se encuentran y al mismo tiempo son capaces de producir agua caliente. Precio: unos 2.500 euros (más baratas si son de baja potencia).  
  • Termococina de pellet. Ofrece un calor de hogar como los de antes, combinando estufa y cocina. Estas termococinas son estufas que cuentan en su parte superior con un horno esmaltado que, gracias a un termostato digital, permite mantener constante el punto de cocción de los alimentos. Además, suelen tener  resistencias eléctricas, para que se pueda cocinar también con la estufa apagada. Se encuentran desde 10 kW, y tienen un precio aproximado de 3.000 euros.
  • Calderas de pellets. Con una potencia de entre 8 y 300 kW, se diferencian según lo automáticas que sean. Las de gama media-baja cuestan entre 5.000 (vivienda unifamiliar) y 15.000 euros (bloque de viviendas). Las de la gama media-alta son completamente automáticas en su encendido, combustión y limpieza. Esta última opción permite que el consumidor se despreocupe, pero cuesta más: 10.000 euros para una vivienda unifamiliar y hasta 30.000 euros para una comunidad.  
  • Calderas de pellet de condensación. Las calderas de condensación más conocidas son las de gas, pero ya podemos encontrar en el mercado calderas de condensación alimentadas con biomasa. Gracias a esta tecnología se consigue ahorrar hasta un 12% de combustible, y el rendimiento de los equipos aumenta hasta un 105%. El "pero "es su precio, que supera en 2.500 euros el de una caldera de biomasa normal (o sea, oscilará entre 7.500 y 17.500 euros). La caldera de condensación utiliza el calor contenido en los gases de escape, bajando gradualmente su temperatura hasta que el vapor de agua se condensa y recupera así el calor.
  • Calderas y estufas de leña. Al no funcionar con pellets, rinden peor (el combustible tiene menos poder calorífico y es más difícil regular la temperatura). Las calderas oscilan entre los 2.000 euros para una vivienda y los 6.000 para un bloque. Las estufas se encuentran desde 400 euros. 

¿Son estufas y calderas de pellets una opción ecológica?

Para valorar si una calefacción de biomasa es ecológica, hay que equilibrar dos aspectos:

1. El humo que desprende la combustión de los pellets contiene elementos tóxicos como el monóxido de carbono y resulta mucho más contaminante que las emisiones de las calderas de gas y gasóleo.

2. Abastecer de madera a los consumidores de pellets supone un 90% menos de emisiones de CO2 a la atmósfera respecto a lo que contaminan las industrias que hay detrás de la extracción de gas natural y gasóleo.

La teoría dice que la madera puede ser una energía renovable: el árbol que quemamos emite con su humo una cantidad de contaminantes igual a la que ha absorbido a lo largo de su vida, por lo que el balance energético se queda en cero. Pero esta teoría puede estropearse en la práctica si no se cumplen una serie de condiciones:

  • madera proveniente de bosques sostenibles (cada árbol cortado es reemplazado por un árbol plantado),
  • estufas y calderas de pellets verdaderamente eficientes y con un mantenimiento adecuado,
  • una distancia corta entre el bosque donde se procesan los pellets y la vivienda de destino,
  • pellets de óptima calidad, sin impurezas metálicas u otros residuos que aumentan su polución.

Biomasa: ¿alternativa eficiente y económica?

Un kilo de pellets cuesta aproximadamente 0,2 o 0,3 euros, lo que resulta mucho más barato que el gasóleo. Se venden en diferentes formatos (sacas de 15 kilos, bolsas de una tonelada, camiones cisterna que vienen a tu casa si cuentas con una caldera automática). 

A mayor cantidad, menos pagas, pues es el transporte lo que más las encarece. Por tanto, conviene ordenar una gran provisión para todo el invierno (si tienes un lugar adecuado, seco y cerrado, donde almacenarla). 

  • Las calderas de pellets son para casas aisladas: en los pisos no son una opción, ya que es necesario un amplio espacio para almacenar los sacos. También en bloques de viviendas que dispongan de sala de calderas.
  • Las estufas de pellets (de aire o de agua)  sí pueden ser una alternativa interesante para instalar en un piso. 

Ahorros anuales de hasta 600 euros

Si comparamos una caldera de pellets de alto rendimiento con una caldera de gasóleo, el ahorro puede alcanzar los 600 euros anuales (para una vivienda unifamiliar de 250 metros cuadrados situada en Madrid).  

Pero este ahorro puede esfumarse si la caldera o la biomasa usada no son de buena calidad o si no se realiza un mantenimiento correcto, y junto a estas sumas debemos tener en cuenta la jugosa inversión inicial: una caldera de pellets puede costar el triple que una de gasóleo

pellets termostato

Qué valorar antes de instalar una caldera de biomasa

Cinco años para amortizar la inversión: en una vivienda unifamiliar con suficiente espacio para almacenar pellets, serán necesarios entre 5 y 6  años para amortizar la inversión respecto a la compra de una caldera de gasóleo (cálculos realizados para caldera de gasóleo con un precio de 3.000 euros y vivienda de 250 metros cuadrados situada en Madrid).

Piénsatelo bien antes de cambiar: en líneas generales, si tienes una instalación de gasóleo lo que más te conviene es amortizarla (que supere los 20 años de vida) antes de plantearte un cambio a la biomasa.  

Elige pellets de calidad: evita aquellos que en su embalaje no mencionan el nombre del productor ni la composición. Aunque nadie les obliga, muchos fabricantes respetan certificados de calidad internacionales como el DIN-plus o el EN-plus (con sus correspondientes sellos). El pellet con mucho serrín o ceniza dificultará el mantenimiento de la caldera. Desconfía si al palparlo ves que en el saco hay demasiados pellets desechos: se trata de combustible de mala calidad.

Contrata profesionales y limpia regularmente: una de las principales causas de incendio en estas calderas y estufas es una mala instalación. Recurre siempre a profesionales y evita las peligrosas chapuzas. Ten en cuenta que estos dispositivos exigen una limpieza regular y a conciencia. 

Infórmate sobre posibles ayudas y subvenciones: te interesa leer Ayudas a las renovables y Ayudas para cambio de caldera.