Adicción a las nuevas tecnologías

Todo el día mirando el móvil...

¿Están los niños de vacaciones y no se mueven de su cuarto, solo están con videojuegos o chateando? ¿Te parece que estás todo el día pegado al teléfono, o que alguien de tu entorno no levanta los ojos de esos dispositivos? 

La llegada de las nuevas tecnologías y las redes sociales ha cambiado nuestra forma de relacionarnos con los demás y con nuestro entorno, e incluso con nosotros mismos: móviles, mensajería instantánea, redes sociales, juegos... Su uso no es negativo ni perjudicial en sí mismo, pero algunas personas pueden estar en riesgo de desarrollar una dependencia. 

¿Qué es la adicción a las redes? ¿Eso existe?

Hoy en día todos necesitamos y dependemos de Internet a diario, y de los dispositivos que nos permiten conectarnos… ¿cómo sino vamos a trabajar, estar al día de las noticias, comprar entradas para un evento o pedir una cita médica?  Pero últimamente se habla mucho de las adicciones tecnológicas o digitales, tanto que incluso se han acuñado nuevas etiquetas diagnósticas que supuestamente las definen: 

• La nomofobia o “no sin mi móvil”, describe el miedo desproporcionado a estar sin el teléfono móvil o quedarse sin batería. 
• El anglicismo FOMO (Fear Of Missing Out), indica ese miedo a quedarse fuera, a “estar fuera de onda”. 
• De una forma más genérica encontramos la adicción a Internet o ciberadicción: cuando uno depende y necesita estar conectado. 

Adicción a Internet, ¿sí o no?

¿Entonces se puede hablar de adicción a Internet?  ¿Cómo afecta el uso de las redes a nuestra salud mental? La realidad es que en la comunidad científica aún no hay acuerdo sobre este posible trastorno mental. Por lo tanto, no tenemos evidencia que nos permita afirmar que una persona es adicta como tal al móvil, a las redes sociales o a Internet.  En lo que sí hay acuerdo es en el tipo de uso que se realiza de esos dispositivos y esos medios, y por eso se habla, más bien, del uso que se hace de ellos: un uso problemático o abusivo de internet o los dispositivos digitales.

En la medida en que su uso interfiere en el día a día de una persona y le resulte limitante, estará abusando de ellas. En estos casos, no es habitual que una persona perciba que está abusando de las nuevas tecnologías. 

¿Cómo sé si soy adicto a Internet?

Aunque no se trate de un trastorno mental oficial, sino del uso que realicemos de estos dispositivos, hay una serie de señales que indican que podemos estar realizando un uso problemático o abusivo de Internet o de los dispositivos tecnológicos.

Síntomas y signos de "adicción" a las redes e Internet

Insistimos, más que de adicción hay que hablar de un uso problemático o abusivo de Internet o las redes sociales:

• Pensamientos o preocupación frecuente sobre Internet o estar conectado. 
• Pensamientos recurrentes sobre nuestra actividad online: qué hemos hecho, qué podría estar pasando en el mundo online sin estar enterados, etc.
• Incremento del tiempo dedicado a navegar por internet o utilizar las apps. 
• Dificultad para parar: desconectarse, dejar el móvil, cerrar las redes sociales, etc. 
• Pérdida de interés por otras actividades, especialmente offline: se dejan de hacer esas cosas, se relaciona menos en persona… 
• Se utilizan los dispositivos y la conexión a Internet para evitar o evadirse de problemas diarios y de forma más frecuente.
• El rendimiento académico y laboral disminuye; el tiempo de sueño también baja; aumenta el sedentarismo; se resienten las relaciones sociales o familiares, etc. 

Comprueba si haces un uso abusivo o problemático de Internet

¿Crees que estás "enganchado" al móvil, a las redes sociales o a la consola? ¿Necesitas estar siempre conectado? Comprueba si tu relación con las nuevas tecnologías pudiera desembocar en un problema 

Test: ¿abusas de Internet?

¿Quién es más propenso a "engancharse"?

El uso de las nuevas tecnologías es ya un fenómeno masivo: el 98% de los niños entre 10 y 15 años utiliza Internet de forma habitual, y el 90% tiene ordenador, y un 70% móvil, según el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI). 

Lo cierto es que aunque un uso problemático de Internet puede producirse a cualquier edad, los niños y adolescentes son más propensos dadas sus características y momento evolutivo.

En una reciente encuesta realizada por OCU sobre el uso de actividades online a adolescentes:

• Calculan que pasan conectados a Internet una media de 2h y 50 min entre semana, y hasta 4 horas sábados y domingos.
• El 52% de los adolescentes encuestados piensan que pasan demasiado tiempo conectados a Internet.
• Las redes sociales es a lo que más tiempo destinan 

La última encuesta ESTUDES (Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España), indica que casi el 29% de las adolescentes y el 18% de los adolescentes entre 14 y 18 años realiza un uso compulsivo de internet. Estas cifras, además, han aumentado con los años, especialmente entre las chicas. 

En cualquier caso, no se trata de dejar de utilizarlas o de prohibírselas a los pequeños de la casa, sino de hacer un uso razonado y razonable de ellas.

Tratamiento de la adicción a las redes

¿Qué hacer en caso de un uso abusivo de las nuevas tecnologías, las redes, Internet... ? En líneas generales, la intervención terapéutica en caso de uso problemático de Internet se centra en los comportamientos aprendidos en torno a su consumo: 

• Inicialmente, se centraría en el aumento de la motivación e implicación de la persona en el tratamiento, ya que quien desarrolla esta relación dependiente de internet o los dispositivos tecnológicos no suele percibirlo como un problema, por lo que se hace imprescindible elevar su nivel motivacional y ayudar a que tome conciencia sobre ello.
• Lo que sería el grueso de la intervención se centraría en aprender a relacionarse con Internet de un modo más razonable y sano, con menos tiempo de dedicación, fomentando un equilibrio entre la vida online y la offline, y abordando la impulsividad, baja autoestima o necesidades que se estén cubriendo de otro modo.
• Por último, se realizaría una exposición gradual a Internet hasta que la persona "reaprende" a utilizarlo de forma adaptativa.