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¿Tienes hambre o tienes apetito?

11 septiembre 2017
¿Hambre o apetito?

Se acerca la hora de la comida y tus tripas empiezan a rugir. El hambre es la señal que nos manda nuestro organismo para que repongamos los nutrientes que necesita para funcionar. Pero hay algo más, comer no es solo un placer, también es un acto social y un signo externo que indica nuestro estatus social y hasta nuestra personalidad. Te lo explicamos.

Comemos para sobrevivir. Si no comemos o comemos poco o mal, nuestro organismo de alguna manera revelará sus deficiencias.

Hambre o apetito

Comer nos genera muchas ventajas; ayuda al desarrollo en la etapa de crecimiento de niños y adolescentes, colabora a conseguir un buen estado físico y mental y nos ayuda a recomponer nuestro cuerpo cuando caemos enfermos…

Hambre o apetito

Es importante diferenciar hambre, de apetito (o hambre emocional). En el segundo, optamos por un alimento específico, un capricho para cubrir más un problema emocional, una etapa de estrés o un momento de aburrimiento. Es cuando se come por un problema externo que acaba en atracón.

Prueba a suplir esta hambre emocional por otras cosas, qué tal actividad física, meditación, hablar con un amigo…

La saciedad y la obesidad

Comes hasta que ya no tienes hambre, es decir hasta que te sacias por completo. Lo que pasa en realidad, es que hay una serie de mecanismos que informan al cerebro de que ya no es necesario seguir comiendo.

Alcanzar la saciedad nos permite dejar de tener hambre y, por lo tanto, dejar de comer. De hecho, se ha llegado a plantear que conocer y controlar las rutas de la saciedad son vías de estudio para entender la obesidad y diseñar mejores tratamientos de adelgazamiento. Pero este planteamiento está aún en fases de investigación ya que las rutas metabólicas que actúan sobre la saciedad son muy complejas.

Estimular el centro de la saciedad se hace desde diferentes órganos, pero también en diferentes momentos, todo de forma paulatina:

  • Durante la comidalos propios alimentos, en función de nuestros gustos y de cómo hayan sido elaborados.
    • Si la comida nos gusta seguiremos comiendo aunque no tengamos hambre. En cambio, si no nos gusta o nos gusta menos nos saciaremos antes.
    • Si tenemos que masticar la comida nos saciaremos antes que si solo bebemos líquído o comemos semilíquidos.
  • Durante la digestión: al cerebro le llegan una serie de señales que le indican que ha llegado la comida:
    • Distensión del estómago: la pared del estómago manda una señal nerviosa al cerebro para avisarle que ya hay “algo en el estómago”.
    • Las hormonas.

El papel emocional de los alimentos

Pero la comida tiene un papel mucho más amplio que el simple hecho de suministrarnos nutrientes. Nos alimentamos de una determinada manera dependiendo de muchos factores:

  • Individuales: si hablamos de estados de ánimo, preferencias personales...
  • Sociales y culturales: como las tradiciones, la clase social, la educación...
    • La religión influye en la elección de algunos platos característicos para las diferentes celebraciones.
    • Y ciertas culturas no toleran comer determinados alimentos que para otras son un manjar.
    • La publicidad puede poner de moda algunos alimentos influenciándonos de alguna manera.
  • Externos: geográficos, climatológicos, estacionales, económicos.

Hambre emocional

No te obsesiones

En cualquier caso, hay que procurar comer sin obsesionarse. Conscientes de nuestra dieta y compensando los déficits y excesos a lo largo de la semana. La dieta variada y equilibrada es la más recomendable. En general, lo más aconsejable es no ser ni demasiado estricto ni demasiado permisivo con lo que comemos y poder permitirnos algún capricho de vez en cuando. En tu dieta debe haber distintos tipos de alimentos en proporciones y cantidades variables. 

7 grupos de alimentos para una buena dieta