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Antioxidantes, ¿lo tienes claro?

15 noviembre 2017
granada

Los antioxidantes, encargados de combatir la oxidación celular, son muy necesarios... pero no garantía de eterna juventud. Entre los que genera el organismo y los que obtenemos de una dieta equilibrada, basta para combatir el daño oxidativo: si comes bien no necesitas suplementos.

Calendario de frutas y verduras

Nuestras células se oxidan. Es un hecho. Y también lo es que ese proceso oxidativo está involucrado en el envejecimiento celular y se relaciona con la aparición de algunas enfermedades.

No hace falta más para que nos convenzamos de la necesidad de luchar contra esa oxidación. De ahí a que nos "vendan" las bondades de consumir alimentos antioxidantes, a que el término "Antioxidante" o "Antiox" sea el apellido imprescidible de muchos productos, y a que circulen listas de alimentos que deberíamos consumir sin medida para mantener nuestro organismo joven, sano y a prueba de radicales libres, no hay más que un paso. Que no te líen: este vídeo te ayuda a tenerlo claro. 

 

La granada, campeona antiox

Calendario de frutas

Si piensas en productos antoxidantes, seguramente vengan a tu cabeza alimentos muy saludables, como frutas o verduras. Así es, pero no solo. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria considera que hay ocho nutrientes cuya capacidad para atenuar el daño oxidativo está científicamente probada. Son básicamente vitaminas y minerales:

Solo los alimentos que incluyen estas sustancias en su composición (y en una cantidad suficiente) están autorizados a mostrar en su etiquetado la alegación "contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo".

Comparamos 20 alimentos

Hemos medido el potencial antoxidante de 20 productos, escogidos entre los que presumen expresamente en su etiquetado de tener cualidades antioxidantes, o porque su composición o su riqueza vitamínica hacen pensar en una importante presencia de antioxidantes. Estos son los resultados.

alimentos antioxidantes

¿Lo mejor? Comer de todo

La granada tiene muchos más antioxidantes que cualquier producto que incluya la alegación "antiox", y también es mucho más rica en estas sustancias que otros "superalimentos", como el tomate, las espinacas o los cítricos. Pero ojo, que un alimento no destaque especialmente por su potencial como antioxidante no quiere decir que no sea bueno, o incluso imprescindible por sus aportes de nutrientes. Por tanto,

  • No te obsesiones con una dieta rica en alimentos antioxidantes.
  • Hay muchas otras sustancias que también son imprescindibles para nuestro equilibrio y salud.
  • El daño oxidativo solo es uno de los procesos que intervienen en el envejecimiento: hay  otros, desde la división de las células, a los cambios relacionados con la reproducción o la propia ley de la gravedad. 
Tres cosas que debes saber
  • Es posible prevenir. Los antioxidantes ayudan a detener el daño oxidativo cuando ya se han formado radicales libres. Por eso, además de tomar antioxidantes, hay que intentar que no se formen (o se formen pocos) radicales libres. ¿Cómo? Evitando tomar el sol sin protección, fumar o exponerse a la contaminación
  • Hay antioxidantes de origen animal. Las frutas y las verduras tienen un merecido buen cartel, porque están llenas de propiedades: combinan el bajo aporte calórico con la riqueza en fibra, agua, minerales y vitaminas, de las que alguna es además un reconocido antioxidante (caso de la vitamina C). Pero el cobre, el selenio y el cinc, minerales que  han demostrado su capacidad para combatir el daño oxidativo se encuentran en la carne (especialmente en las vísceras), el pescado, los crustáceos, los huevos y los productos lácteos.
  • Tomar muchos antioxidantes también es peligroso. Los excesos son malos, también cuando hablamos de antioxidantes. Consumidos en exceso pasan a favorecer la acción oxidante en vez de impedirla. Hay vitaminas cuyo abuso es contraproducente, incluso peligroso.

¿Tienes dudas sobre salud y nutrición? La Línea OCU Salud, un servicio de asesoramiento exclusivo OCU-Salud puede ayudarte: llama al 900 101 851. Un profesional te escucha al otro lado del teléfono.