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El reto de mejorar la calidad del agua

22 marzo 2018

La Comisión Europea revisará la Directiva del agua del grifo para mejorar la calidad y el acceso a la información del ciudadano. Esto ha sido así gracias a una iniciativa popular que recogió más de 1,8 millones de firmas en 2013. Nos parece correcto y oportuno, ahora solo queda que se materialice cuanto antes.

El 22 de marzo es el Día Mundial del Agua, una estupenda ocasión para recordarnos que se trata de un bien escaso que debemos cuidar. Necesitamos agua para producir alimentos, energía, y también para preservar el medio ambiente y sobrevivir.

Siempre es un buen momento para hablar de agua, más ahora que recientemente la Comisión Europa ha anunciado la puesta en marcha de una iniciativa legislativa con buenos principios sobre el tratamiento de este bien. Destacamos que este compromiso se haya logrado por iniciativa popular. Los propios ciudadanos fueron quienes reunieron más de 1,8 millones de firmas en 2013 y consiguieron que la Comisión tomara cartas en el asunto.

Nos parece que la iniciativa tiene un planteamiento correcto. Esperemos que se convierta en realidad cuanto antes y se mantenga el mismo espíritu inicial.  

Mejorar la calidad del agua y su acceso

Entre las medidas a tomar se encuentra  mejorar la calidad del agua potable y facilitar su acceso. Desde luego algo necesario porque: 

  • Hay grupos de población principalmente vulnerables y marginados con dificultades para disponer de agua potable o con calidad suficiente para el consumo. Aunque la mayor parte de los europeos tenemos acceso a agua de distribución de alta calidad desgraciadamente hay entornos cercanos y sin salir de la UE, donde el agua potable no está garantizada.
  • Falta de transparencia sobre la gestión y acceso a información actualizada de calidad por parte de los consumidores.
  • La antigüedad de los parámetros (no están actualizados) que se controlan para determinar la calidad.
  • La necesidad de armonizar los estándares de los materiales en contacto con el agua.
  • La necesidad de un enfoque de riesgos (prevención) por parte de todos los gestores (grandes y pequeños).

Calidad del agua potable

La norma plantea cosas interesantes como añadir sustancias nuevas que hasta ahora no estaban incluidas en la lista de criterios para determinar la seguridad del agua, como la legionela, el clorato, componentes perfluorados o disruptores endocrinos como el bisfenol A.

Obligaría a los distribuidores ofrecer información más clara en relación con el consumo, el análisis de costes y el precio por litro, de forma que sea posible realizar una comparación con el precio del agua embotellada.

Desconfiar del agua

Aplaudimos que la nueva norma plantee la necesidad de ofrecer al público de manera fácil y sencilla la información sobre calidad del agua potable, a fin de incrementar su confianza en el agua del grifo. 

Gracias a una encuesta que realizamos en OCU, observamos que el 40% de los españoles no bebe agua del grifo. Además, para la mayoría (84%) el agua es un elemento de alto riesgo para la salud, riesgo al que se siente directamente expuesto un 42%, lo que demuestra la desconfianza en la calidad del agua suministrada.

Por no decir que reducir el consumo de agua embotellada podría ayudar a los hogares a ahorrar más de 600 millones de euros al año. Y además de contribuir a reducir el uso innecesario de plástico y las emisiones de gases de efecto invernadero.

Fuentes públicas, sin control

Entre las mejoras para garantizar el acceso al agua se propone ofrecer agua potable en los espacios públicos.

En OCU ya denunciamos la ausencia de control de las fuentes públicas en España y las deficiencias de calidad del agua suministrada. Nos parece inaceptable que en muchos casos se prefiere la clausura a la intervención para solucionar el problema.